Por Edgardo Cabrera
En la última década el PRI se ha caracterizado por dirigencias estatales inconclusas y entre claroscuros, algunos han dado buenos resultados y otros que hecho un decoroso papel, también están aquellos que han pasado con más pena que gloria.
Es el caso de Roberto Lima que en su presidencia el tricolor no pudo refrendar los tres distritos federales, le arrebataron el congreso local y solamente una pluri (hasta eso en tribunales) logró colar, de ahí que ya tiene su cajita de cartón con las cositas de su oficina para entregarlas al cuasi nuevo líder estatal, Noé Rodríguez Roldán.
La lista de quienes han pasado en los últimos años es larga. Desfilaron en calidad de interinos Blanca Águila, Florentino Domínguez, José Luis Ramírez y Gabriela del Razo, quienes ocuparon el puesto del que se separó Marco Mena, (quien fue electo dirigente estatal en un proceso interno por un periodo de 4 años).
Aunque su dirigencia quedó inconclusa, el caso de Mena Rodríguez es de éxito, ya que ante la indicación de su partido para encabezar la candidatura, creció como espuma y de la nada despegó hasta ganar la elección constitucional y convertirse en gobernador.
Antes de Marco Mena, en la dirigencia estatal recordamos al propio Noé Rodríguez cubriendo un interinato, además del ex diputado federal Ricardo García Portilla y el ex diputado Ubaldo Velasco.
Ahora, y sin que aún se emita la convocatoria y se abra el proceso, Noé Rodríguez levantó la mano para manifestar su deseo de regresar a la presidencia del partido, ya no como interino, sino como dirigente electo.
Y no se trata de NINGÚN auto destape, como algunos lo interpretaron, tampoco de que se haya ACELERADO, estamos ante una clara designación y respaldo tanto del nuevo dirigente nacional, Alejandro Moreno “Alito” como del gobernador Marco Mena.
Recordemos que esta misma semana, los tres personajes sostuvieron una reunión en la cede de la dirigencia nacional donde, ahora vemos, ahí se abría palomeado la designación de Noé ante el vencimiento del periodo de Roberto Lima, quien concluye el cargo este mes de agosto.
Ahora será cuestión de un mero trámite la emisión de la convocatoria y esperar los tiempos para concretar el relevo. En Secte, también será cuestión de días para que el ejecutivo designe al nuevo titular.
¿ACUERDO AMPLIO?
Pero si bien Noé Rodríguez será el dirigente estatal, la pregunta es obligada, ¿por cuánto tiempo?, considerando los antecedentes.
Y es que para nadie es desconocido que el de Calpulalpan siempre ha estado vigente en las competencias sucesorias, algunas suspirando, y otras operando candidaturas.
Hace cinco años anduvo muy activo con el “grupo plural”, donde participaban liderazgos de varios partidos y que a la postre, cada uno de los jilgueros, se movió a distintos proyectos, según sus conveniencias.
Ahora, desde las riendas del tricolor podría tratar de repetir la hazaña de Marco Mena, algo que se antoja complicado, de entrada porque su primer problema será frenar las fugas de militantes, apapachar y reconocer a varios liderazgos que fueron dejados al olvido por Roberto Lima.
Quizá por ello advirtió desde un inicio que en el PRI se requiere de un acuerdo amplio que incluya a las estructuras territoriales y sectoriales, así como a los liderazgos del estado municipios, distritos y estatales.
Y, evidentemente, antes de pensar en un “frente amplio”, como ya lo plantea el PRD en el plano nacional, deben empezar por su casa y construir acuerdos internos.
ENROQUES
En eso de la ruta al 2021 el gobernador Marco Mena realizó enroques en su gabinete, se trata de Manuel Camacho y Florentino Domínguez, el primero se fue al Sepuede, y el segundo llegó a la Secretaría de Educación Pública.
Ambos están dentro de los candidateables a la gubernatura por el PRI, recordemos la encuesta de Massive Caller que colocó a Florentino por arriba de Camacho.
De aquel estudio se deriva que la mejor ubicada es Anabell Ávalos (13.2%), le siguen Ricardo García (7.4%), Florentino Domínguez (7%), Manuel Camacho (6.2%) y Anabel Alvarado (5%).
Tras estos enroques y los próximos cambios en el PRI, queda claro que a menos de dos años de la elección el objetivo del menismo en la carrera es la de priorizar perfiles políticos y con experiencia para tejer acuerdos, alianzas y candidaturas… al tiempo.