Sin Censura
El líder enloqueció
Por Juan Luis Cruz Pérez -noviembre 12, 2021
Enloqueció, al menos eso parece que ocurre con el todavía líder del sindicato 7 de Mayo, Édgar Francisco Tlapale Ramírez, quien anda desatado con un hostigamiento laboral inusitado y pidiendo dinero a cambio de dejar trabajar a sus propios agremiados. Y lo hace con total impunidad, porque asegura que ni la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, ni nadie, podrá actuar en su contra.
Desde la semana pasada, el ex burócrata, -hay que recordar que ya es jubilado de una de las tres plazas que goza-, ha iniciado una especie de cacería “recaudatoria” en contra de todos aquellos sindicalizados que lograron su plaza laboral hace ocho años o más.
En dependencias del gobierno del estado, de los tres poderes y hasta en municipios, a través de personeros, llega y llama a cuentas a sus agremiados para exigirles el pago a cambio de mantener la plaza que ostentan y por la que pagan sus derechos ante el Sindicato 7 de Mayo.
Con el argumento de que han violado algunas disposiciones estatutarias del sindicato, son llamados a las oficinas del gremio en donde son acosados y obligados a firmar un documento en el que explican la forma en la que accedieron a sus plazas y en algunos casos, le solicitan el pago de una contribución a fin de mantener las mismas.
La acción se ha emprendido a través del Comité de Vigilancia, por medio de su presidenta Julieta Berruecos Rodríguez, quien ha llegado a los centros de trabajo para notificar la supuesta violación de estatutos y a partir de ello, inician con el acoso a los trabajadores.
Los pagos solicitados son de diversas cantidades, habrían confirmado algunos de los afectados, pero aseguran que en caso de negarse a cubrir éstos, perderían el espacio laboral público por el cual cotizan.
Todos los trabajadores que están en esas condiciones son aquellos que lograron sus plazas durante el mandato de Guadalupe Rodríguez y Pedro Erazo como titulares de la secretaría General del Sindicato.
Esas tropelías ya fueron denunciadas públicamente e incluso, fueron notificadas a la Contraloría del Ejecutivo y a la Secretaría de Gobierno, instancias que han solicitado a los afectados, presentar las denuncias penales correspondientes por tratarse de actos violatorios e ilegales.
El señor Tlapale Ramírez, quien por años disfrutó de una plaza en el ayuntamiento de Tlaxcala y mantienen otras dos en la burocracia, una en Apizaco y otra más en el gobierno del estado, presume y goza de total impunidad, porque a pesar de los excesos cometidos por años, al cobrar por esos tres “trabajos” y asignar bases a sus familiares, no hay nadie que le ponga un alto.
Pese a la reforma laboral y al supuesto combate a la corrupción, el gobierno del estado, ese que asegura construye una nueva historia, no ha querido intervenir en el tema sindical de los burócratas, de ahí que la presunción de Tlapale Ramírez, de que ni la gobernadora le hará algo, cobra sentido y fuerza.
Mientras tanto, sin alguien que les ponga un freno a sus abusos, el líder sindical sigue enloqueciendo y comete excesos y presuntos actos ilegales, en perjuicio de la clase trabajadora.