Por Alfredo González
El año ya se hizo viejo y comienza una aletargada agonía en su última veintena de días, donde en muchos casos al calor de las copas y los abrazos se cierran ciclos y supuran heridas del pasado que podrían detonar en conflictos severos que ya son tan acostumbrados al final del año, llegó la temporada navideña señores… Y todos quieren tener pavo y carne en su mesa.
La cosa en teoría resulta sencilla, los conflictos y rencores se acumulan los primeros once meses y terminan detonando en un vendaval motivado por la falta de aguinaldos, de percepciones y bonos, receta que se repite incansablemente en más de un municipio.
En años pasados, se hace ya todo un rito guadalupano que las alcaldías sean tomadas, que las consignas saquen a flote toda la basura que comienza a ahogar a más de un edil, a poner contra la pared las administraciones, y es que, la mala planeación, excesos y uno que otro faltante en los recursos, ocasiona que el cajón se vacíe antes de tiempo.
Muy probablemente no faltará aquel despreocupado que sufra las de Caín en estas fiestas decembrinas, y que seguramente reciba el año con la oficina tomada al no tener como dar la cara a los trabajadores, una trágica costumbre navideña de la administración pública.
Bajan
De nueva cuenta Tlaxcala lo hizo, colarse a la escena nacional por bochornosos sucesos que dejaron en ridículo la mala planeación y evidente carencia de medidas de seguridad en los sucedido el pasado viernes en la Rielera, donde el gordito bonachón impactó un edificio cuando surcaba los cielos del centro de la ciudad.
El espectáculo, organizado por el ayuntamiento había hecho concurrir a cientos que veían con asombro como el trineo, renos y demás flotaban por encima de la calle iluminando al público… Todo bien hasta que la pifia se hizo presente, causando el desastre que de manera afortunada no pasó a mayores.
La situación, que terminó siendo un hecho risible que pudo conllevar a una tragedia, si es que algo hubiera salido peor… ¿Acaso habrán previsto que el choque pudiera pasar y que la estructura no cayera sobre el público?, o peor aún, además de caer, un eventual corto circuito en las luminarias pusiera en jaque a las autoridades con un incendio, riesgos que al parecer no fueron tomados en consideración.
Habría que preguntar al responsable de Protección Civil, el que por ahí dicen anda más ocupado en la venta de bidones llenos de algún líquido combustible… ¿Será acaso cierta la vendimia al margen de la ley?
Para colmo, los payasos de la televisión abierta no perdieron oportunidad de mofa de la desafortunada escena… Pues fieles a su estilo de corto entendimiento, pusieron a Tlaxcala de nueva cuenta entre las risas del público mexicano, donde está vez… aunque usted no lo crea… No fue El Sol y payaso los de la ocurrente noticia.
Soberbia
No cabe duda que los Juniors Prontuarios podrían ya haber elevado algo a dos años del lanzamiento de la plataforma de movilidad… Pues su ego los ha hecho equipararse con los notables intelectos de la Bahía de San Francisco y Silicon Valley, es más… Según sus cuentas les van cortos.
Y es que, es verdad, Pronto fue una revolución que marcó el antes y el después en materia de movilidad para Tlaxcala y posiblemente en México, pero de eso a que fuera cierta la sarta de ocurrencias que se rifaron el martes… La realidad dista de sus fantasías.
Plausible resulta su idea altruista de ayudar y propiciar emprendedores, eso pareciera ser innegable, sin embargo, a ciencia cierta no es muy factible su incubadora y centro Hot Spot para muchachos con ideas inquietantes… Haga usted las cuentas.
Si es que su modelo de negocios fuera cierto, los 1.7 de millones de viajes no dejarían ni un peso a esto tres eruditos de la tecnología, sólo lo haría la suscripción de conductores a la plataforma, cifra que se guarda celosamente bajo argucias de temas legales y supuesta secrecía de los datos personales.
Sin embargo, y tomando en cuenta la cantidad de choferes en la plataforma… ¿Cuántos miles se necesitan para pagar el suelo guajiro?, saque usted más conclusiones, eso además de lo embolsado por los muchachos, empleados y gastos de operación de la misma… O es acaso que ahí se trabaja por mero Hobbie.
Además, irónico fue escuchar al trío decir que no hubo mayor diferencia y problema con la autoridad, ¿o es acaso que la amnesia les impide recordar las protestas y bloqueos viales?, lo que fue sin duda, el debut del porrismo de varios niños bien.
Sea cual sea el caso, los muchachos parecieran perder el cielo e inflar su cabeza con aire, pues no tardan en alegar ser más grandes que la divinidad… Así, como el cuarteto que murió oír su soberbia cuando estaban en caminos de la cúspide, aquellos que dicen son una familia Prontuaria, y que sí, en efecto, es un negocio familiar.