LA LIGA
2 De Noviembre - 2021
Por Edgardo Cabrera
En la disputa por la dirigencia estatal del PAN, la senadora Minerva Hernández pospuso tanto su solicitud de licencia al cargo, como su registro, lo cual se tenía previsto para el jueves y viernes de la semana pasada.
El asunto es simple, parece avanzar un acuerdo, están estirando la liga los bloques que encabezan el aún dirigente y diputado local, José Gilberto Temolztin; la ex diputada federal, Adriana Dávila; así como la diputada federal, Lilia Olvera.
Los cuatro no están de acuerdo en que Miriam Martínez y Carlos Quiroz sean los candidatos y eventualmente dirigentes, por tanto se esfuma la posibilidad de una planilla única, y pareciera que su demora en los registros se deriva de que le midieron que solos no les alcanza para competir con los capitales internos que traen Ángelo Gutiérrez, Julio Hernández, Pablo Badillo y Adolfo Escobar.
Tienen hasta el martes de la próxima semana para ponerse de acuerdo. Se trataría de sacrificar proyectos personales y fobias; entre Adriana y Minerva ya hay antecedente de acuerdos -aunque también de desacuerdos-, lo mismo ocurre entre la senadora y Pepe Temoltzin.
Para el caso de Lilia Olvera, la realidad es que no tiene nada que hacer, su paso como encargada de las finanzas de la actual dirigencia la dejó mal parada, sobre todo después de que utilizara la pandemia por el Covid-19 como pretexto para no mandar recursos a los comités municipales, algo que no le perdonan.
Por cierto, que son poco más de 3 mil los militantes en Tlaxcala, y con algo así como mil 500 votos ganarían, si es que solamente se registran dos planillas. Temoltzin se hizo de la presidencia con mil 470 en el año 2018. De ser más de dos planillas, la pulverización podría beneficiar a los alcaldes.
GOLPETEO
A colación de la disputa panista, al interior corre ya una campaña en contra del bloque que parece comandar el ex alcalde apizaquense Julio Hernández, y es que varios de los personajes que se encuentran trabajaron para otras fuerzas políticas, como los de la llamada 4T, en la elección de junio.
En la mira de los señalamientos se encuentra el aspirante a la secretaría general, Carlos Quiroz, quien desde la presidencia de la Comisión de Orden se negó a iniciar procedimientos en contra de los panistas chaqueteros, aunque los casos fueron públicos y notorios.
Uno de esos traidores a la causa azul es el chiautempense y ex diputado Damián Mendoza quien descaradamente apoyó al PT; o el ex candidato del PAC en Santa Cruz Tlaxcala, Rodrigo Javier Ortega Salado quienes, por el contrario, fueron presumidos por el propio Quiroz como “valiosos militantes” panistas.
También de ese lado se encuentra Claudia Pérez, quien renunció a su militancia albiazul para ser diputada federal por Morena y regresó al redil para ser la abandera del PAN a la alcaldía, el chaqueteo todavía no se lo perdonan.
Por lo visto, lo que vendrá será el lavar los trapos sucios públicamente.