Por Mauricio Hernández Olaiz
Bajo el esquema de una franquicia comercial, el partido del trabajo en Tlaxcala ha logrado cierta posición política gracias a las alianzas gestadas desde el centro por su propietario Alberto Anaya. Y es que el estar cerca de Andrés Manuel le ha servido al también llamado partido de la estrella), no solo mantenerse con vida, sino hasta para ganar ciertas posiciones de privilegio para algunos de los consentidos del latifundista promotor de este aparente partido de izquierda.
Desde su llegada a Tlaxcala como delegado, por allá del 2012, Silvano Garay mostró sus ambiciones y comenzó a deshacerse de todos y todas los que aspiraban a tener el control del partido. Se suponía que Garay Ulloa solo estaría en Tlaxcala unos meses, en lo que encaminaba una nueva dirigencia estatal luego del deceso de Juan José Piedras. La realidad es que encontró su mina de oro con un partido rémora en un estado de oportunidad.
Los Garay son los propietarios del partido del Trabajo en Tlaxcala, el enriquecimiento financiero y político de Silvano y su hija Irma es tan evidente como grotesco. Controlan por completo las prerrogativas de su instituto político, Garay Ulloa cuenta con salario de delegado estatal y diputado federal. Irma Yordana cobra como diputada local y ahora un extra por ser la presidenta de la junta de coordinación y concertación política, además de que trascendió que los Garay fueron los principales operadores para aprobar varias de las cuentas públicas de ayuntamientos reprobados.
Cuesta entender como una de las diputadas más improductivas de la actual legislatura fue palomeada para obtener una posición de tanto trabajo y responsabilidad. Si Garay Loredo no pudo meter en cintura a su propia bancada, que hasta la desconoció siendo la dueña del changarro, ¿Qué se podrá esperar de la “conciliación” con el resto de las fuerzas políticas?,¿O será que por eso mismo fue designada?. Es cierto que casi la mitad del congreso no la quiere, pero” haiga sido como haiga sido”, el PT podrá ahora presumir la posición.
Pero eso es lo que precisamente llama la atención de los propietarios de la franquicia de la estrella. Pese a su aparente ignorancia, se llenan los bolsillos y acceden a posiciones relevantes. La ambición desmedida bien puede ser un factor de valor y carisma en el lodazal del terreno político en Tlaxcala porque difícilmente este fenómeno se puede ver en otra latitud.
Hoy el PT de Tlaxcala controla la mesa directiva y la JCCP del congreso local, si usted revisa el mapa legislativo federal y de otras entidades podrá constatar que dichas posiciones, no solo están en poder del partido mayoritario, sino que en ellas se encuentran los políticos de mayor peso y experiencia. En Tlaxcala, no solo las tiene el PT, sino que las presiden dos inexpertas en la materia.
Pero mientras la exitosa franquicia del trabajo, premia y enriquece a unos poquititos, el resto de su militancia luce desolada, abandonada e irónicamente sin trabajo. Sin trabajo electoral, de promoción, de afiliación (aunque dicen que muy prontito la van a empezar). Los Petistas, son más bien, unos masoquistas políticos. Pese a que saben que el botín y los puestos legislativos son exclusivos, algunos se mantienen confiados y firmes en que muy pronto llegará su oportunidad.
Garay Ulloa presume contar con cerca de 23 mil militantes, 23 mil!!!!. Le invito a que me mencione a 10 cuadros relevantes, protagonistas del partido. Yo no puedo, si caso le menciono unos cinco. Los Garay, Reyes Ruíz, Alex Ortiz….bueno, ni cinco pude. ¿Cuándo los 22 mil 996 militantes podrán aspirar algún día a los beneficios del Clan Garay?
Y es que el número de militantes solo sirve para negociar alianzas y venderse al mejor postor. En enero de este año Silvano aseguró que para el 2021 el PT en Tlaxcala irá solo a la contienda, (lo sigo dudando, no está en su ADN) sin el cobijo de morena, sobre todo si ese partido abandera a Lorena Cuéllar. Pero sin la imagen de Andrés, sin el respaldo de un partido poderoso dudo mucho que el ambicioso líder petista logre una destacada actuación. Allí veremos si mantienen lo que hoy tanto presumen, ser segunda fuerza en el legislativo, una segunda fuerza más de membrete y simulación que de realidad.
Y aunque trascendió que habían empezado a surgir inconformidades entre la militancia, fue algo de ruido y muy pocas nueces, pues rápido los acallaron. Las promesas de candidaturas futuras enfrían hasta al más caliente quejumbroso, aunque al final, y como siempre, no le cumplan.
La ambición de los Garay los ha llevado a negociar igual con Orticistas, que Priistas, incluso hasta destapar a la actual alcaldesa de la capital como su candidata al gobierno del estado. Pero a diferencia de cualquier franquicia que se respete, la de la estrella rompe sus propios estatutos con tal de dejar a quien reparte su diezmo millonario a las oficinas centrales.
Apenas el mes pasado la Comisión Coordinadora Nacional del PT informó al ITE y al gobernador del estado, Marco Antonio Mena Rodríguez, sobre la ratificación del nombramiento de Garay Ulloa como el delegado del partido en Tlaxcala, pese a que según sus estatutos los comisionados solo tienen vigencia si hay conflictos internos, que según el propio Garay no existen. Luego entonces su presencia y ratificación suenan ilógicas. El PT no ha renovado o convocado a elecciones internas desde hace casi 8 años. Desde que llegó Garay.
La democracia solo les calza cuando no se tienen zapatos…
Así pues el Partido del trabajo se enquista en ciertos recovecos del poder para justificar su franquicia, ajena al desarrollo del país, del estado, del pueblo y hasta de su propia gente, pero eso si, vigente para enriquecer a una familia que ni siquiera de Tlaxcala es.