Sin Censura / Avío a la Tauromaquia
Desde el ganadero de mayor prosapia, pasando por matadores, subalternos, empresarios, vendedores, meseros y hasta el más humilde monosabio o personal de plaza, la están pasando muy, pero muy mal.
Lo peor del caso es que no se ve para cuándo las cosas cambien, derivado de la pandemia por la Covid-19.
Desde finales de febrero, los profesionales del ramo, la inmensa mayoría, sino es que la totalidad, no han tenido ningún ingreso por su actividad, porque está paralizada y con ello, hay que decirlo, muchos han tenido que buscar otra forma y vía para ganarse “un duro” para subsistir.
Pese a ello, hasta ahora, no hay políticas públicas, tanto federales y como estatales, para atender a este sector, considerado como un eje fundamental de la industria del turismo y una de las joyas atractivas de Tlaxcala para el turismo.
Ayer el gobierno del estado liberó recursos, vía créditos, así como apoyos para algunos integrantes de este sector. Pero no hay dinero que alcance, sobre todo, porque el burel que se lidia como es la Covid-19, es muy duro y su lidia, es más que incierta.
Y eso que en esta nuestra entidad, por ejemplo, desde hace ocho años, se declaró, vía Poder Legislativo, que la Fiesta de los toros es patrimonio cultural inmaterial del estado de Tlaxcala”. Con esa determinación, que fue publicada en el Periódico Oficial del Gobierno del estado, se establece que, entre otros aspectos, “se declara de interés público la salvaguardia, de la Fiesta de Toros, en tanto constituye patrimonio cultural inmaterial del Estado de Tlaxcala, así como la sensibilización en el plano local de su importancia y reconocimiento”.
Sin embargo, no hay políticas públicas reales, plasmadas en un programa horizontal y vertical para apoyar a todos los integrantes del sector.
Dicha declaratoria parece más un buen recuerdo e intento por apoyar e impulsar a esta parte de la industria del turismo. Pero, acaso dicha declaratoria solo es uno de los tantos decretos que sirven para presumir, pero en los hechos son letra muerta. Es pregunta, con un dejo de aseveración personal.
La tauromaquia necesita del avío del Estado, y no solo del discurso ramplón y cobero, sino de acciones concretas, porque se juegan cientos de millones de pesos en la economía y la vida, -literal y metafóricamente-, de quienes viven de y para la fiesta brava.
Solo por mencionar algunos datos de la economía y el dinero que se mueve en torno a la fiesta brava, detalladamente explicado en el documento Caracterización y Dimensión del sector bovino espectáculo en México,
Por ejemplo, a nivel nacional, hay 2 mil 351 Unidades de Producción Pecuaria (UPP) con ganado de lidia, de las cuales 258 son de ganado de registro; la población total es de 118 mil 301 cabezas; el promedio por UPP es de 50 animales. La cría del ganado de registro se realiza en 167.5 mil hectáreas.
De esas totales, en Tlaxcala existen 37 ganaderías registradas, que tienen aproximadamente en total 2 mil 680 vientres y de ellas depende, directamente, 168 familias, pues dan empleo a caporales- vaqueros.
El documento refiere que en el año 2018 se lidiaron 6 mil 516 animales en 2 mil 340 eventos taurinos, con una afluencia de 4.9 millones de espectadores; el promedio por evento fue de 2 mil 118 asistentes.
Este estudio, avalado por el gobierno de la República, da cuenta de la importancia de este sector, porque apunta que a lo largo de la cadena productiva del toro de lidia, desde su cría hasta su uso final en el espectáculo taurino, los ganaderos y otros involucrados, realizan pagos en sueldos y salarios al personal empleado, por un monto global de 324 millones 695 mil 166.
También da cuenta que el valor estimado de la industria de la tauromaquia en el año 2018 en nuestro país fue de 6 mil 961 millones 691 mil 274, siendo las ganaderías y los servicios recreativos los principales rubros de valor, pues “dicha industria tiene un alto potencial en la generación de valor agregado, ya que por cada peso del producto primario se generan 17.15 pesos más a lo largo de la cadena de valor.
Se estima que en las ganaderías de registro de lidia y en la cadena de valor de la tauromaquia, se generaron en total 83 mil 84 empleos directos y 147 mil 411 empleos indirectos. Muestra de ello es el reporte al fisco, tan solo en 2018, el pago por el Impuesto al Valor Agregado (IVA) fue del orden de 398 millones 658 mil 577, más 106 millones 85,306 por concepto de Impuestos Especiales a Productos y Servicios (IEPS), sin contar con otras recaudaciones por salarios y honorarios, pagos de consumos, hoteles, entre otros.
La tauromaquia, y los suyos, necesitan del avío del Estado.
Los 25 matadores que tiene Tlaxcala requieren de políticas públicas para enfrentar la prolongada emergencia.
Los matadores Uriel Moreno “El Zapata”, José Luis Angelino, Sergio Flores, Angelino de Arriaga, Gerardo Rivera, Gerardo Sánchez, Alejandro Lima “El Mojito”, José María Macías, Manuel Rocha “El Rifao”, Carlos Fuentes, Pepe Nava, Gabriel Sánchez “El Gaby”, Luis Pimentel, Rogelio Sánchez, Guillermo Veloz “El Pausao”, Alfonso Zamora, Alberto Ortega, Rafael Ortega, Rubén Ortega Almazán, Fernando Flores, Miguel Villanueva, Manolo y Carlos García Méndez, y Mario y Mariano del Olmo, unos más que otros, requieren del Estado.
También requieren el avío los picadores y subalternos, Pedro López Molina, Moisés López Molina, Paco Salinas Ortega, Othón Salinas Ortega, Fermín Salinas Ortega, Víctor Hernández López, Francisco López Molina, Gerardo Angelino, Juan Pablo Hernández, Luis Castañeda, Roberto Galindo, Pascual Navarro, así como el puntillero Gustavo Flores
Lo mismo los novilleros Fernando Carrillo, Alan Corona, Ulises Sánchez, Luis Martínez, Moctezuma Romero, Manolo Astorga, Sebastián Palomo, Irving Corona, Sebastián Soriano “Tatán”, Rafael Soriano, Eduardo Domínguez, “El Penco” Rodríguez, Emilio Macías.
Además, de la tauromaquia también viven, decenas de monosabios de al menos tres agrupaciones, grupos de torileros y los maestros de las cinco escuelas taurinas que funcionan en Tlaxcala, como de origen municipal de Apizaco, Tetla, Atltzayanca, o el Centro de Alto Rendimiento Taurino “El Zapata” y la de Huamantla “Rafaelillo”, que tienen cerca de 100 alumnos.
También están los hombres que hacen empresas taurinas como Arturo Sánchez, Lázaro Rosas, Rubén Ortega Blancas, Víctor Ortega Blancas, Miguel Moreno Ortega, Eliuth Mejía, o transportistas de ganado bravo como José Alducin Lima, Othón Ortega, Othón Ortega Blancas, así como diversos mozos de espada, artesanos, pintores, sastres taurinos, entre otros muchos hombres y mujeres que viven de la industria de la tauromaquia.
No es por amargar la fiesta, pero un apoyito es bueno, pero con eso no van a vivir todas estas semanas que están por venir sin toros, por eso se requiere de políticas públicas integrales para ganaderos, los hombres de campo, matadores, maestros, empresarios y todos los demás involucrados, directa e indirectamente en la fiesta brava.
Es tiempo que Tlaxcala honre a la fiesta brava y que haga de la declaratoria de la Fiesta de los toros como patrimonio cultural inmaterial del estado de Tlaxcala un verbo activo para proteger y fomentar la tauromaquia y de todos los que intervienen en esta expresión e identidad de tlaxcalteidad
Al margen
Llegó el round número dos del combate que se vive en el cuadrilátero del Congreso local. Un grupo de 11 diputados locales promovieron ante la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), per saltum, un juicio para la protección de los derechos político electorales en contra del Instituto Tlaxcalteca de Elecciones.
El recurso legal es en contra del resolutivo del expediente CQD/PE/IYGL/CG/001/2020, a través del cual, el titular de la Unidad Técnica de lo Contencioso (UTCE) del ITE, Remigio Vélez Quiroz desechó el proceso especial sancionador promovido en contra de 13 diputados locales y cinco líderes estatales de partido, por presuntamente incurrir en violencia política de género.
Los diputados demandantes, Leticia Hernández Pérez, Irma Yordana Garay Loredo, María del Rayo Netzáhuatl Ilhuicatzi, Laura Yamili Flores Lozano, Patricia Jaramillo García, María Félix Pluma Flores, Jesús Rolando Pérez Saavedra, Miguel Ángel Covarrubias Cervantes, Víctor Manuel Báez López, Rafael Ortega Blancas y José María Méndez Salgado, acudieron ante las instancias federales con la finalidad de que atienda el caso, en virtud de que, en ámbito estatal, el Tribunal Electoral de Tlaxcala, tiene suspendidas sus actividades por la pandemia.
Veremos en qué depara este litigio que mantiene casi en la parálisis al Poder Legislativo y eso que están a nada de empezar la cuenta regresiva del final de su mandato. En par de meses el saludo de buenos días a los congresistas cambiará por el de “menos días señor diputado”.