Por Edgardo Cabrera
De mal en peor van el presidente de la Tremenda Corte, lamebotas y corifeos que lo acompañan. Resulta que luego de que se ventilara la pretensión de destinar la devolución de impuestos que le hizo el SAT al Tribunal para la compra de vehículos último modelo a los magistrados, Mario inició una cacería de brujas.
De entrada, la sesión de la Judicatura pactada para el lunes fue pospuesta para el siguiente día, lapso en el que cocinó su revancha por la balconeada de sus excesos.
Ya el martes, desató su furia contra los consejeros, particularmente contra aquellos que no comulgan con sus caprichos.
A los representantes del Ejecutivo y Legislativo los ninguneó y acusó de filtrar la información, “al fin y al cabo están a escasos dos meses de ser removidos” –les dijo-, no sólo eso, como si hablara a nombre del gobernador y de los diputados, les advirtió que “de su cuenta corre” que no tendrán posibilidad de reelección.
Del resto ni se ocupó (grave error), dado que los considera timoratos y fieles a sus designios (ajá).
Pero el amague no acabó ahí, (cual líder de una mafia) les advirtió de otras “graves consecuencias” en caso de que alguno de los participantes en la sesión del martes atendieran a solicitudes de información o entrevistas con periodistas para hablar del manejo presupuestal, particularmente de la distribución de la devolución de impuestos.
La realidad es que el flamante presidente vio trastocada su posibilidad de reelección, así como el cumplimiento de su exigencia de incremento presupuestal, en más de 130 millones de pesos, de ahí que ahora busca quién se la pague.
Lo anterior no es menor, considerando que el señor encabeza un poder que, en teoría, debería garantizar la correcta impartición de justicia, más no utilizar el cargo para cumplir revanchas personales.
El asunto es que conforme avanza el cierre de este año y la llegada de la elección del nuevo presidente lo que seguirá es una lucha encarnizada; algunas juzgadoras, una en particular de look setentero, se mantiene muy cerca del ejecutivo, hasta una enviada -de la que luego detallaré-, mandó como “enlace” entre ambos poderes y ya afila las uñas para arrobarle el poder a este Maquiavelito de nopal.
TRIBUNAL EMPANIZADO
A colación de los enjuagues, nos enteramos que un empresario chiautempense amarró un jugoso contrato con la Tremenda Corte.
Con los millones pactados, busca reactivar su empresa que desde hace décadas no ve la Luz.
Entre los productos que adquirirán se encuentran cobertores que costaron más de lo que valen en el mercado, hasta parecerían fabricados con seda.
El empresario en cuestión, hace algunos años enfrentó graves problemas con la justicia, derivado de pugnas familiares por la herencia, que lo llevaron a ser detenido por unas cuantas horas, hasta que la justicia (¿con quién creen?) inclinó la balanza para favorecerlo, hoy gracias a eso, es un “connotado” representante partidista opositor.
NINGUNA SOPRESA
La ratificación de Elías Cortés Roa como magistrado no sorprendió a nadie, el trabajo mal hecho de la presidenta de la comisión especial encargada de su evaluación, la priísta Zonia Montiel se coronó con el dictamen que avala su permanencia en el TSJE.
El plazo constitucional para determinar su permanencia o remoción se les había vencido desde el pasado 15 de octubre y evidentemente fue plan con maña, a la mayoría de los legisladores no les quedó de otra que aprobar el dictamen en sentido favorable, de no haberlo hecho se habrían enfrentado a un litigio.
Ahora veremos si alguien procede contra la determinación del Pleno, porque muchos estaban en desacuerdo, pero pocos tienen el valor de actuar.