PÉSIMO
Por Edgardo Cabrera
El manejo de la pandemia por Covid-19 se les vuelve a salir de las manos a la Triste Historia, es claro que ni al secretario de Salud, Zamudio, ni el mentado IMSS-Bienestar están a la altura.
El ocultamiento de las cifras de contagiados es lo menos (aunque no menos preocupante), está visto, el gobierno de Tlaxcala carece de estrategia efectiva para prevenir y atender la enfermedad, menos para dar seguimiento a las secuelas que deja la enfermedad.
A estas alturas hay escasez de pruebas, por cierto, siguen sin informar cómo y quién se benefició del jugoso negocio de la compra de estos reactivos a dos empresas, una poblana y otra de la Ciudad de México de las que ya daremos cuenta.
Además, en los centros de salud el desabasto de medicamentos, insumos y materiales volvió a colocar a la población en posición vulnerable, los familiares deben solventarlo con su dinero si quieren que su paciente salga bien. Si pierde la vida, el estado tampoco brinda apoyo a los dolientes, como tampoco a los que deben ausentarse de su actividad laboral.
Están por cumplir un año en el poder y a la administración de Cuéllar le han tocado dos oleadas, la cuarta y la quinta son las que históricamente presentan el mayor número de infectados.
En enero y febrero, en sus cifras, hubo días de hasta mil afectados, ahora hay picos de 300, y eso que se niegan a registrar cifras como las del IMSS que por jornada de aplicación de pruebas tienen más de 160 casos, y muchos sospechosos no son detectados porque se agotan los reactivos.
¿RESULTADOS?
A la gobernadora Cuéllar le cuentan medias verdades, o de plano le dicen lo que pasa, pero tratan de construir una narrativa que no corresponde a la realidad.
Según su administración resulta que “ha dado resultados en materia de seguridad”, con todo y la ola de ejecuciones a ciudadanos y autoridades, por igual; no es solo el atraco sigiloso en las penumbras, a plena luz del día y de forma violenta lo mismo se llevan vehículos que ingresan a negocios o hasta camionetas de valores.
La percepción de inseguridad contrasta con el índice delictivo, mientras hablan que somos el estado más seguro del país, de acuerdo con el INEGI la sensación de inseguridad creció 7.6 por ciento desde la llegada de la triste historia, mil 300 por ciento aumentaron los delitos familiares, más de 400 autos fueron robados al primer trimestre del año, y 114 % aumentaron las violaciones.
COLOCACIÓN
Se acuerdan del recientemente destituido director de seguridad del gobierno morenista capitalino, el mismo que llegó desde los tiempos de la anterior administración priísta cuando Maximino Hernández era el director de esa corporación, pese a los pésimos resultados en el municipio de Tlaxcala fue acomodado de inmediato como titular de la policía de Apetatitlán, donde gobierna el PAN.
La llegada de Carreto solo se entiende por el pasado panista del hoy funcionario estatal encargado del centro de espionaje llamado C4, próximamente C5.
Curioso, cientos de cámaras de vigilancia no han dado ningún resultado para detectar, atender y prevenir delitos, ni los de alto impacto ni aquellos de los carteristas o farderas, pero: ¿Qué tal para reportar minuto a minuto donde están los adversarios de la licenciada?