Por Edgardo Cabrera
Con el antecedente de convertir el proceso de evaluación del magistrado Elías Cortés Roa en una mera simulación, ahora se les viene encima a los legisladores locales el plazo del vencimiento del cargo de Álvaro García Moreno como consejero de la Judicatura
De acuerdo con la fecha de su nombramiento, el también representante del Congreso del Estado ante el Consejo de la Judicatura debería entregar la estafeta en marzo del 2020.
Atendiendo a lo que establece la ley, los diputados tienen 90 días para realizar el procedimiento correspondiente, es decir, para que no les ganen los tiempos y hagan todo con el debido sustento legal deberían empezar a trabajar desde noviembre.
Recordemos que en el caso del magistrado Cortés Roa y con algo así como tres semanas para el vencimiento del plazo, integraron al vapor la Comisión Especial que se encargaría de su evaluación y empezaron a conformar su expediente.
La consecuencia de hacer un proceso acelerado y sin cuidar los tiempos es más que evidente, se les venció el plazo del 15 de octubre para emitir el dictamen correspondiente antes de los 90 días que establece la Constitución Política.
Es más, a punto de concluir el mes de octubre la Comisión Especial que encabeza la priísta Zonia Montiel ha sido incapaz de llegar a una conclusión y de informar a la opinión pública los avances del proceso.
Ya veremos si en el caso de Álvaro García sí hacen las cosas bien, lo que incluye construir un acuerdo para elegir al que sería su representante ante el Consejo de la Judicatura.
Tampoco olvidemos que en el Congreso existe una iniciativa maquinada por el diputado morenista Víctor Báez, mediante la cual pretenden desaparecer dicho ente, así como el de quitar la facultad al gobernador de proponer ternas al legislativo para nombrar a los magistrados.
Recordemos que, al menos en la teoría, la Judicatura es el órgano encargado de la administración, vigilancia y disciplina en el Tribunal Superior de Justicia, algo que desde la óptica de Báez debería desaparecer y asignar esa función a quién sabe quién.
RENOVARSE O MORIR
En el PRD se resisten a morir, la semana pasada estuvo en Tlaxcala el “Chucho mayor”, Jesús Ortega para presentar su libro “Reencuentro”, quien aprovechó este marco para hablar de “Futuro 21”, agrupación que trabaja en reunir diversas ideologías para competir en las elecciones del 2021, aunque no significa –dijo- sustituir el Sol Azteca por esta nueva marca.
Advirtió que en la segunda década de este siglo “se reconstruyen, peligrosamente, aquellas visiones nacionalistas y autoritarias del viejo régimen”, de ahí que habló de trabajar en el reencuentro de la izquierda democrática y el liberalismo político.
Pero no es el único caso, quien también habla de “renovarse o morir” es el líder de la corriente perredista Red Joven, Santiago Sesín.
El ex diputado anunció su V convención para el próximo 16 de noviembre donde mutarán de “Red Joven” a “RJ Tlaxcala”.
La agrupación forma parte de las tres tribus más poderosas dentro del PRD tlaxcalteca y recientemente abandonó a su referente nacional, René Bejarano, para integrarse al bloque Nueva Izquierda de Jesús Ortega.
Con ello cierran la pinza para ir en una misma línea con esta corriente que en la entidad la encabeza el actual dirigente estatal del Sol Azteca, Juan Manuel Cambrón.
Si algo hay que reconocer a los de la Red Joven es su inquietud y esfuerzo, en las elecciones federales y locales del año pasado impulsaron a Miguel Ángel Covarrubias que a la postre fue el único que pudo ganarle a Morena en la competencia por el Congreso del estado, y si bien ya rompieron con el legislador, la agrupación mostró que tiene “buena mano” para elegir candidatos dentro del PRD.
Ya veremos si en su convención estatal mantienen capacidad de convocatoria y si dicho marco no sirve para destapar anticipadamente sus cartas para el gobierno estatal, diputaciones, ayuntamientos y comunidades, de cara a las elecciones del 2021.