CHANTAJE
6 De Abril - 2022
Por Edgardo Cabrera
Arrebatar mediante el chantaje es la consigna del lorenismo que se apropió de Morena. Primero desplazó a los fundadores y ahora les da la espalda a quienes compitieron en las elecciones de junio pasado con dichas siglas y perdieron.
El ilegítimo dirigente convocó a otra de sus conferencias para “presumir” la adhesión del presidente de Xaltocan, José Luis Hernández, seis regidores, tres presidentes de comunidad y un delegado; no hace mucho hizo lo mismo con el de Tecopilco, Misael Báez, la síndica y cuatro regidores.
El de Xaltocan le ganó al entonces candidato de Morena con las siglas de Redes Sociales Progresistas; el de Tecopilco era de Encuentro Social. En los hechos ambos partidos son rémoras de la 4T.
De esto, recientemente la Coordinadora Nacional de la Sociedad Civil denunció que la dirigencia estatal de Morena compró esas adhesiones a cambio de ser beneficiados por programas federales y de la administración de Lorena Cuéllar, hablaríamos además de chantaje.
El partido de la gobernadora ganó en las urnas 14 alcaldías, ahora, tramposamente y de forma condicionada presumen 18. No se trata de un asunto de convicción o voluntad, es necesidad, basta ver el rictus desencajado de sus nuevos adherentes cuando los presumen.
Sabedores de que la número uno es fácilmente manipulable y se deja apantallar, tanto el autómata como quien le mueve los hilos en la Segob, siguen elaborando sus álbumes de fotos para presumir ilusiones. Si ganaron con tantos votos ¿para qué recogen cascajo?, y ¿porqué condicionan adhesiones?, vergüenza les debería dar, ¡ah!, pero no la conocen.
GRAN PROBLEMA
La federalización de los servicios de salud, cada día se le complica más a la Triste Historia, ahora sabemos otra razón del porqué Lorena incumplió con el compromiso signado con el presidente López Obrador.
Resulta que el Ejecutivo no ha enviado al Congreso local el paquete de iniciativas para entregar las 199 unidades del primer y segundo nivel de atención porque no tienen forma de comprobar legalmente la posesión de las unidades de atención.
Hablamos que 70 por ciento de los inmuebles carecen de una escritura o documento que acredite que son propiedad del gobierno del estado, hablamos que solamente algo así como seis decenas de esos espacios podrían ser transferidos al IMSS-Bienestar, por cierto, no perdamos de vista que se trata de un nuevo programa derivado del fallido Insabi.
En el convenio signado en febrero, Tlaxcala se comprometió a transferir los inmuebles a partir del 1 de abril, pero, además, libres de problemas, adeudos y gravámenes, por ello no pudieron cumplir.
Como todo tiene remedio, veremos cuánto le cuesta al maltrecho presupuesto que le quedará al gobierno (ya sin los miles de millones de pesos de Salud) para poner todo en orden, y en qué tiempo lo logran.
Después de que resuelvan esto, también tendrán que resolver qué harán con los trabajadores quienes siguen dudando de que el nuevo sistema les cumpla sus compromisos contractuales con las prestaciones alcanzadas a lo largo de los años y tras negociaciones con los ejecutivos estatales.