Juan Luis Cruz Pérez
Los integrantes de la LXIII Legislatura local cerraron filas y están decididos a no cambiar ni una coma del decreto de presupuesto para este ejercicio fiscal y mucho menos, si se trata de renunciar a algunas presuntas canonjías.
Los diputados ya analizaron, vía coordinadores, algunos de los llamados sociales para reasignar parte de los recursos del Programa de Resarcimiento a las Finanzas Municipales del Estado de Tlaxcala, pero el consenso es no modificar nada de lo ya distribuido a 57 de los 60 ayuntamientos de la entidad.
En cambio, los congresistas han visualizado dos vías para paliar la situación.
La primera es que sean los propios alcaldes quienes soliciten al Ejecutivo estatal modificar las reglas de operación a fin de reasignar los recursos etiquetados por el Congreso local a acciones que ahora juzguen prioritarias para atender los efectos de Covid-19.
La medida es porque no quieren perder ninguna de las ganancias que tienen en la negociación que en su momento hicieron los congresistas con las autoridades municipales.
La visión mayoritaria es que los ayuntamientos son los que deben analizar la posibilidad y factibilidad de reasignar los 486 millones 250 mil pesos que los diputados les etiquetaron para obras públicas, calentadores solares, computadoras y gastos para algunas festividades.
El presidente de la mesa directiva del Congreso local, Omar Milton López Avendaño ya anunció que la administración de esos recursos ya responsabilidad de las autoridades municipales, pues los diputados solo cumplieron con realizar la gestión de esos fondos y definir su etiquetado, pero depende de los munícipes solicitar su posible modificación.
Ello después de que diversos grupos sociales y liderazgos han demandado a los diputados reasignar esos recursos para atender las necesidades de municipios y del estado ante los efectos que generará la pandemia de coronavirus que afecta a Tlaxcala y a México.
Puntualizó que la definición de las acciones que se realizarán con esos recursos la hicieron en diciembre 2019, por lo que ahora, con los efectos de la pandemia, la realidad de Tlaxcala y los municipios, cambiaron, aunque todo ello depende de la voluntad de los munícipes.
Aunque los diputados acordaron que el discurso público será de apertura para escuchar los planteamientos de los legisladores, la mayoría, en especial aquellos que priorizaron calentadores solares, computadoras y otras bagatelas, ya decidieron que no moverán ni un solo peso, mucho menos de los recursos por los cuales, ya recibieron y hasta se gastaron los presuntos adelantos que recibieron por su abnegada gestión.
La otra postura, la más fácil, es que el Ejecutivo local sea quien defina qué hará ante los efectos que generará la contingencia por la pandemia que vive Tlaxcala y México.
Y a partir de ello, proponga al Congreso local alguna iniciativa para reformar el decreto de presupuesto y así realicen una reasignación de los recursos que le corresponden exclusivamente al gobierno del estado.
La visión es que existe un subejercicio de recursos públicos en diversos programas estatales y los cuales se arrastran desde hace al menos dos años, por lo que habría dinero “guardado” para atender esta emergencia.
Siempre será más cómodo y menos dañino hacer la voluntad en los bueyes del vecino.
Así es como, con estos argumentos, se gestará el lavado de manos en ésta época en la que socialmente es urgente la solidaridad y empatía de las autoridades y representantes populares con la sociedad.