Por Edgardo Cabrera
El miércoles el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell anunció que el gobierno federal se paralizará ante la contingencia sanitaria por el Covid-19.
El funcionario precisó que toda la burocracia suspenderá su asistencia a las oficinas públicas, con excepción de aquellos empleados y dependencias que son esenciales para el funcionamiento de la administración pública y para atender a la población durante la cuarentena, entre ellos los de salud, seguridad, y encargados de servicios fundamentales como energía eléctrica o abasto de combustibles.
Para el caso de Tlaxcala, también el gobernador Marco Mena anunció parálisis en algunas oficinas como las del canje de placas, y otras que realizan trámites a la población.
Sin embargo, en las oficinas del Bienestar mantenían hasta esta tarde las invitaciones y la organización para la entrega masiva de apoyos sociales, como becas, recursos del campo y a personas de la tercera edad, negándose a implementar estrategias de dispersión de los recursos directo en casas o por medios bancarios.
Quienes también romperán el confinamiento son los diputados locales, para este viernes se anuncia una sesión extraordinaria para avalar las reformas que hizo el Senado de la República en materia de apoyos sociales.
CANIBALISMO EN TIEMPOS DE PANDEMIA
En medio de la pandemia por el Covid-19, la grilla política no para, es el caso de Morena donde a todos se les hace tarde para amarrar las candidaturas y/o apropiarse de la dirigencia estatal del partido.
Sobre esto último suena fuerte el nombre de Rubén Terán, quien cobra como diputado federal, para ocupar la dirigencia estatal.
Nos dicen que el propio coordinador de los legisladores morenistas en San Lázaro, Mario Delgado, le dio riendas para ocupar el cargo y suplir con ello al senador Joel Molina quien sigue construyendo rumbo a la gubernatura con el respaldo de José Antonio Álvarez Lima, uno de los hombres más cercanos al presidente López Obrador.
A Terán también lo mueve la súper delegada y ese será su mayor reto para encajar con la militancia de Morena, no perdamos de vista que los militantes han sido relegados en posiciones directivas y puestos laborales en las delegaciones federales, empezando por la del Bienestar.
La etiqueta de “lorenista” difícilmente se la quitará, así como la de incongruente, recordemos que una de las razones que ese grupo utilizó para golpear recurrentemente a Joel Molina, fue que tras asumir la senaduría por la licencia de Álvarez Lima se mantuvo al frente del partido, de ahí que le exigieran su renuncia a la presidencia.
Ahora, de seguir cobrando como diputado federal, caería en lo mismo que tanto criticaron del senador.