¿Debate Público, u ocurrencia al estilo Peje?
Por Mauricio Hernández Olaiz
El reto lanzado por los panistas a sus homólogos morenistas me parece una enorme vacilada. Está claro que acción nacional requiere de estrategias claras y agresivas para poder entrar en el gusto ciudadano, pero llamar a debatir a morena en plaza pública como en la antigua Grecia, lejos de atraer simpatías les atrae burlas.
Una ocurrencia estilo peje es la propuesta del albiazul, además pesimamente planteada por su dirigente estatal José Gilberto Temoltzin.
Más que un llamado a debate es una exigencia de explicación sobre la realidad del país, les está pidiendo a los morenos esclarecer las razones de la situación y el estancamiento nacional. Pero si ni el propio presidente pudo explicarlo en su informe de gobierno, mucho menos podrán hacerlo los ignaros legisladores morenistas.
Lo que pretende el PAN es hacer un espectáculo, un show al que claramente los morenistas no le van a entrar. Lejos de ser un atractivo evento público, eso podría convertirse en una auténtica cena de negros, con un resultado ínfimo, pues a la ciudadanía le vale dos hectáreas de chorizo las contiendas sofistas de ambos institutos locales.
En el muy improbable caso de que se lleve a cabo tan sui generis evento, es lógico entender que para el PAN todo está muy mal, para los de morena jamás se había estado mejor. Ya en un “debate”, las cifras se inclinarían a los azules, pero también dependerá de cómo lo puedan argumentar, creo en eso Adriana Dávila se pinta sola, pero, tarde o temprano, ante la incapacidad de respuesta morena, los insultos aparecerán y las bancas de ambas novenas (mera ejemplificación beisbolera) se vaciaran para comenzar una intensa riña, que tal vez, eso sí llame la atención ciudadana.
Y es que el PAN tiene que entender que a la ciudadanía no la vas a interesar con debates públicos, sino con nuevas propuestas y sobre todo con nuevos perfiles. La incapacidad clara y manifiesta de la oposición de poder recuperar simpatías perdidas es harto evidente, lo muestran las encuestas con el creciente número de indecisos.
La desilusión de millones de votantes de López Obrador es manifiesta, sin embargo, esos mismos no olvidan en principio porque le dieron su sufragio al decepcionante presidente, lo hicieron hartos de los priistas y panistas.
Hoy una gran cantidad de mexicanos estamos en la enorme disyuntiva de ¿Qué hacer, por quién votar, en quién creer?. La última gran decepción de la transición democrática al poder llegó de la mano de López Obrador. ¿Y Ahora?
Pero los panistas quieren debatir…con los morenistas, que no piensan por sí mismos, solo hacen y dicen lo que el líder de su secta les informa. Pero eso sí, para hacer travesuras, triquiñuelas que les llenen los bolsillos, para eso si son libres pensadores.
Lo siento políticos azules, amarillos, y tricolores. Para recomponerse deben primero desbaratarse por completo, y eso no lo han hecho, siguen siendo los mismos de siempre, con el mismo discurso de siempre pero aparentando redención. Yo creo que eso no sirve, como tampoco sirve hacer bravatas absurdas disfrazadas de debate.
Hagamos un análisis serio del caso: Primero hay que entender que la ciudadanía ya no cree en los partidos y mucho menos en los políticos, por lo tanto, lo lógico de llevar a cabo para lograr la simpatía y luego el voto ciudadano…ahí le dejo, si les interesa pues deberán pagarlo, ya no hay botanas gratis.
Total, seguro en sus partidos tienen expertos en la materia, tan espabilados que sugieren debates en la vía pública. ¿Venderán entradas?, pero oigan…y ¿la sana distancia?, bueno la verdad es que no creo que asista mucha gente. Así pues el próximo trece veremos al equipo azul, bien uniformaditos esperando, espero sentados, a que se presenten los morenos.
La respuesta es más sencilla de lo que parece.