MORENA Y SU ENCUESTA
Por Edgardo Cabrera
En Morena no cantan mal las rancheras en aquello de las crisis internas de los partidos, el jueves de la semana pasada el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación determinó que la dirigencia nacional provisional de Alfonso Ramírez Cuéllar quedé sin efecto, por lo que el INE elegirá a su nuevo líder mediante una encuesta.
Y ese pareciera un primer golpe a las aspiraciones de la huamantlaca Dulce Silva, a quien precisamente Ramírez Cuéllar se encargó de posicionar como candidateable a la gubernatura al placearla en varios foros nacionales y locales.
En un lapso de 45 días deberán tener su nueva dirigencia y todo indica que al diputado federal Mario Delgado nadie le gana en las encuestas, de ser así, qué creen, que de nueva cuenta los astros se alinearán a favor del grupo que encabeza en Tlaxcala el hijo de AMLO, Gonzalo López, y al que pertenecen precisamente Dulce Silva y el senador Joel Molina.
NO LO DEN POR MUERTO
Es visto que en el Movimiento de Regeneración Nacional gustan de complicarse el terreno, por lo que hay voces de sus liderazgos internos que exigen que todas las candidaturas, incluidas las de gobernador, se entreguen de manera equitativa por géneros, de ser así, el grupo de López Beltrán ya tiene bien claro a sus prospectos, Dulce y Joel.
Por lo que al senador Joel Molina no hay que darlo por muerto, ciertamente en Tlaxcala hay tres mujeres candidateables y un solo varón, y si bien va rezagado en las encuestas, la realidad es que al final del día solo una persona será la que palomee los candidatos.
Bajo este mismo contexto, el senador me declaró que en tanto la nueva dirigencia nacional se instale seguirá al frente de Morena en Tlaxcala y en espera de que se nombre o ratifique a un delegado para la entidad, ya que los plazos para las renovaciones de los comités estatales se vencen el 6 de septiembre.
Hablamos que, por donde se le vea, Joel saldrá ganando con candidatura o sin ella, porque también es cierto que hay muchas voces, pero pocas son las que se escuchan en las altas cúpulas partidistas de Morena y en el gobierno, una de ellas la de José Antonio Álvarez Lima, el senador propietario del escaño que ocupa en este momento Molina.
En este mismo contexto, otra voz que se encuentra muy cerca de Mario Delgado es la de la diputada federal suplente, Claudia Pérez, a quien considera -dicho públicamente- su abogada de cabecera en los temas judiciales que se analizan en la bancada de Morena.
Ahora solo falta que se cumpla el pronóstico porque, también es cierto, al igual que con las candidaturas, el palomeo y la solidez de la próxima dirigencia nacional solo depende de un hombre y más allá de cualquier encuesta.
TENDRÁN QUE AGUANTARME
Sin rodeos y enfática, como acostumbra, Adriana Dávila les advirtió a los suyos que deberán “aguantarla” y que no abandonará al Partido Acción Nacional, incluso fue más allá, aseguró que de no ser candidata a la gubernatura se quedará y apoyará a quien designe el albiazul o quien salga nominado en una coalición de partidos.
Se dijo dispuesta apoyar a Minerva Hernández, a Juan Carlos Sánchez, o cualquier otro prospecto que garantice mayor rentabilidad electoral y buenos resultados en las urnas.
Y es que algunas voces al interior de su partido ya aseguran que la apizaquense se alista para salir de las filas panistas, hay quienes la ven ahora en México Libre, el partido de Felipe Calderón, sin embargo, parece que efectivamente se quedarán con las ganas.
“Yo creo que hay muchos que estarían felices de que me fuera del PAN, pero qué crees, que no; van a tener que aguantarme”, me dijo el viernes luego de entrevistarla en “Elección y Pandemia”, incluso, calificó de “prostitución política” a aquellos que permanecen en éste u otro partido por el mero interés de ver qué más les ofrecen en otras siglas.
Los mensajes de Dávila evidentemente llevan varios destinarios, empezando por la dirigencia estatal, sumergida en este momento en el descrédito entre su militancia luego de que salieran a relucir, una vez más, los nexos del secretario general, Miguel Ángel Polvo con la morenista Lorena Cuéllar.
Pero también, pareciera, que lo dicho por la diputada federal es un reto para quienes en 2016 se emberrincharon y le dieron la espalda en la competencia por la gubernatura, ahora esos mismos, entre ellos Polvo, no les acomoda ningún aspirante dentro de su partido y se convertirán en los primeros en operar desde adentro para reventar un bloque opositor.