SIMULACIÓN
Por Edgardo Cabrera
Insostenibles son las mentiras que propagan desde la Triste Historia, no vamos lejos, en el sector salud salió a relucir la semana pasada los alimentos podridos y los productos caducos entregados en el Hospital Infantil de Tlaxcala, ¡de nuevo!, un atentado contra pacientes y personal.
Lo que no sabíamos, es que semanas atrás la empresa ‘Alimentos Deshidratados de Hidalgo S.A. de C.V.’, fue sancionada por la entrega de las provisiones en descomposición en el Hospital de Natívitas y en el Regional Emilio Sánchez Piedras, y que se le “obligó a dotarlos con buena calidad”, hablamos, por tanto, que a pesar del discurso de negación al final reconocieron la gravedad del servicio.
Recordemos que una vez que Gentetlx y los propios trabajadores documentaron e hicieron pública la anomalía, de manera apresurada salieron a decir que eso era falso, incluso mandaron a sus acostumbradas plumas ladinas y medios pagados a emprender una campaña en contra del Sindicato de Salud.
Luego, como parte de sus torpezas y pese a la negación, organizaron una conferencia de prensa con la Coeprist para lavarle la cara al secretario Zamudio y a su jefa, diciendo que tras una “inspección”, ya cuando los alimentos podridos habían ido a parar a la basura, lo que había eran insumos de “alta calidad”, bueno, hasta llevaron a la gobernadora a uno de esos recorridos preparados, con tinglado montado.
No pasaron ni dos meses, con todo y la supuesta sanción a una empresa proveedora que según ellos ofrece “calidad”, que volvió a destaparse la cloaca, ahora en otro nosocomio, y no cualquiera, sino uno de especialidad en la atención infantil, de eso, ahora prefirieron callar como momias con tal de mantener un contrato leonino que nos hace preguntarnos: ¿de qué tamaño es el compromiso con la empresa, como para no rescindirle el trato? y buscar alguien mejor.
¿Y EL DECRETO?
En eso de la simulación, el pasado 8 de septiembre el gobierno estatal presumió un decreto para regular la venta y consumo de alcohol en Tlaxcala, fue durante de una más de sus mentadas mesas de trabajo en seguridad, que a grandes rasgos establece como horario límite para expender bebidas embriagantes para consumo en establecimientos a las 2 de la mañana, en fines de semana, el resto de los días a la 1 am.
Convenientemente, como les gusta, esperaron a su publicación hasta pasadas las fiestas patrias, aun cuando en su justificación destacan la urgencia de implementar la medida debido a “que existe una relación directa entre el consumo de bebidas alcohólicas y la incidencia de hechos delictivos… que se ha incrementado de forma alarmante el consumo de alcohol entre los jóvenes y los estudiantes… y que se debe mantener la gobernabilidad”.
Qué ha pasado en más de un mes de la vigencia de ese decreto, ¡de todo!: una balacera afuera de un antro en Chiautempan -que por cierto no debería operar por ley- y cuyo dueño está relacionado con un funcionario estatal, policías estatales que sirven de choferes para borrachos influyentes, o una feria que desde el día uno de su realización viola recurrentemente las restricciones.
Aunque tendrían que cerrar sus puertas a las 2 am, resulta que los fines de semana, o el día de muertos cuando “rompieron los récords de asistencia”, operó hasta las 6 de la mañana, es claro que ese decreto y la carabina de Ambrosio es lo mismo, ¿para qué hacerle al teatro?, ¡claro!, para propiciar la corrupción y los moches para operar peor que antes, en la impunidad.