Sin Censura
Garrote político y azadón financiero
Por Juan Luis Cruz Pérez -julio 15, 2021
Las cuentas públicas siguen siendo usadas como garrote político, guadaña electoral y azadón financiero; la forma de medir a los 107 entes públicos, es diversa y se rige por intereses, se premia a los benefactores y se castiga por consigna a los adversarios.
Lo anterior ha quedado confirmado con el proceder de los legisladores, quienes quieren sancionar a unos, solo porque fueron adversarios electorales de sus patrones y en cambio, premian, a los suyos o con los que tienen acuerdos.
De estos últimos pertenece el edil priista de Chiautempan, Héctor Domínguez, quien logró convencer a los diputados de que su administración -vilipendiada y sufrida por sus gobernados-, es la mejor del estado de Tlaxcala.
Esa negociación les llevó a aprobar la cuenta pública del señor carnicero metido a edil. A pesar que incurrió en irregularidades financieras por un monto de 6 millones 783 mil 156.50 pesos, hubo hasta quien lo felicitó.
Pese a que el Órgano de Fiscalización Superior encontró y documentó innumerables abusos y excesos, los diputados decidieron perdonar esa nefata administración, calificada por sus pobladores, como la peor de la historia.
Los diputados avalaron dicha cuenta a pesar de que fueron encontrados gastos improcedentes por 300 mil 627.37 pesos; recursos públicos faltantes por 631 mil 260 pesos; pago de conceptos de obra; insumos, bienes o servicios a precios superiores al del mercado por 689 mil 633.54; volúmenes de obra pagados no ejecutados por 89 mil 289.05 pesos y obras o conceptos pagados no fiscalizados por ocultamiento de documentación comprobatoria de su ejecución por 4 millones 784 mil 118.40 pesos.
El abusivo edil incurrió en diversas tropelías, que, en otros momentos, debieron incluso ser motivo de denuncia penal.
Por ejemplo, presentó facturas apócrifas de proveedores inexistentes, a través de las cuales trató de justificar algunos millones de pesos.
Entre las principales observaciones que hay al respecto de parte del OFS es que se identificaron pagos por 421 mil 474.40 pesos por servicios de sanitizante, desinfectante y cubrebocas; sin embargo, no se presentó la totalidad de documentación justificativa, además, “se llevó a cabo compulsa al proveedor, obteniendo que el domicilio corresponde a una refaccionaria, información que corroboró el dueño, debido a ello el proveedor no fue localizado”.
De la misma manera, existió otro pago por 431 mil 210 pesos por concepto de compra de materiales y útiles de oficina e insumos y artículos de cafetería de diversos comprobantes fiscales digitales, “detectándose que estos son improcedentes al no presentar la totalidad de documentación justificativa, además se llevó a cabo compulsa al proveedor el cual no se localizó, motivo por el cual no se obtuvo información de las operaciones realizadas con el municipio”.
Otra más, pero por el monto de 663 mil 520 pesos por compra de uniformes y calzado para el personal de seguridad pública, pero “éste es improcedente al no presentar la totalidad de documentación justificativa, además se llevó a cabo compulsa al proveedor el cual no se localizó”.
Pero la perla de los abusos del señor de las carnes es que durante 2020 reportó el robo lámparas de alumbrado público, “ubicadas en el interior de un domicilio particular”, por un monto de 631 mil 620 pesos.
Pese a ello, los diputados decidieron aprobar esa cuenta pública.
En cambio, este jueves, sino pasa nada extraño, los diputados estarán reprobando una serie de cuentas públicas en las que detectaron irregularidades y desfalcos millonarios.
Qué bueno que lo hagan.
Sin embargo, en éstas han incluido estados financieros en los cuales parece hay consigna política.
Ahí están los casos de Apizaco y Tlaxcala.
En el caso de la capital del estado, con observaciones por 2 millones 846 mil 128.03 pesos, menos de la mitad de las irregularidades detectadas en Chiautempan y menos de los 3 millones 199 mil 618 pesos que se birlaron en Texóloc, Comunas que tienen mucho menores presupuestos, enfrenta la consigna de que, a cualquier precio y costo, deben reprobar, solo por intereses políticos.
Alguien debería explicar el por qué miden con distinto rasero.
Es lamentable que, en la época del no robar, no mentir y no traicionar, las cuentas públicas siguen siendo usadas como garrote político, guadaña electoral y azadón financiero.