Sin Censura / Dirán misa
Por Juan Luis Cruz Pérez -octubre 22, 2021
Dirán misa, pero los integrantes de la LXIV Legislatura local van que vuelan para ganarse el premio de “empleados del mes” y quizá del sexenio, del gobierno del estado y con ello, reducir al Congreso del estado, en una simple oficialía de partes del Ejecutivo estatal.
Muchos dirán que eso no es nuevo, pero cuando se afirma que, con esta administración, Tlaxcala vivirá una nueva historia, nos damos cuenta que es pan con lo mismo; la misma gata, pero revolcada.
Lo anterior se confirmó la víspera, cuando los diputados, sumisos, aceptaron la imposición de Fanny Margarita Amador Montes como nueva magistrada del Poder Judicial.
La mujer fue impulsada desde un inicio por la administración estatal. Es más, a nombre de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, fueron varios los personeros que “convencieron” a los congresistas de que la esposa del ex consejero electoral y operador jurídico de la hoy mandataria, Oscar Lobatón Corona, era la mejor propuesta.
Por ello, el show montado desde la semana pasada y que tuvo su desenlace este jueves con la sumisa designación, no tuvo la menor objeción por ninguno de los 25 “pensantes” y “autónomos” congresistas, que seguro conocen de la trayectoria, capacidades e historial de la nueva magistrada del Poder Judicial.
Fanny Margarita Amador Montes, es licenciada en derecho por la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx) y maestra en argumentación jurídica por la Universidad de Alicante, España.
Pero siempre ha estado a la sombra de los acuerdos políticos de su esposo, como cuando éste sirvió a los intereses del entonces gobernador y ex rector de la UAT, Héctor Ortiz Ortiz.
Amador Montes intentó en dos ocasiones y de manera infructuosa, llegar a una magistratura en el Tribunal Electoral de Tlaxcala (TET); el peso de su madrina y padrinos, no le dieron para llegar. En 2016 y 2020, intentó, participó e impugnó el proceso de integración del Tribunal Electoral; de ahí que se fuera a “ayudar” a la causa de la ahora gobernadora de Tlaxcala.
Su labor y su institucionalidad a Cuéllar Cisneros ya le hicieron justicia. Desde el próximo 3 de noviembre y hasta el 2 de noviembre de 2027, se desempeñará como magistrada del Tribunal Superior de Justicia del estado. Con esa unción, la gobernadora tiene otra “aliada” en el Poder Judicial.
Sin embargo, los diputados ni las manos metieron; ni quisieron hacerlo, pues parece que les es muy cómodo ser una oficina más del Ejecutivo, que desempeñar su función como legisladores, e inaugurar, -por fin-, en esta nueva historia, la división de poderes en Tlaxcala.
Dirán misa, pero la sumisión del Legislativo ya pulula en otros poderes y organismos autónomos. Por ejemplo, con la llegada de la nueva magistrada se empieza a operar el proceso de sucesión del nuevo presidente del Poder Judicial.
Y sí, adivinó usted amigo lector, el próximo titular del Tribunal será, ni más ni menos, el que decida quien despacha en Palacio de Gobierno. Con ello, tres magistrados, una mujer y dos hombres, ya están descartados por sus antecedentes priistas y marianistas.
En la nueva historia, y aunque digan misa, se repiten los viejos vicios y modelos de gobierno rancios, en donde el Ejecutivo ordena, y los poderes Judicial y Legislativo, además de los organismos autónomos, acatan, sin respingar.