MEJOR IMPOSIBLE
12 De Noviembre - 2020
Por Edgardo Cabrera
El retiro de Adriana Dávila de la contienda no podría llegar en mejor momento para los partidos que trabajan en la Mega Coalición opositora a Morena.
La panista nos dio la primicia, fue enfática en su argumentación, sostiene que dentro de Acción Nacional no hay condiciones que le permitan meterse en un proceso interno, culpó en este sentido a la dirigencia estatal ya que aseguró que de forma reiterada la ha negado como aspirante; pero también dejó en claro que ella no abandonará al albiazul.
No solo lo anterior, también expresó que apoyará a la senadora Minerva Hernández ante la mayúscula posibilidad de que en Tlaxcala el PAN impulse a candidata, dados los criterios de paridad aprobados por el INE el viernes, y que obligan a los partidos a postular a 7 mujeres y 8 hombres en la contienda por las 15 gubernaturas que se disputan en 2021.
Y algo sabe, porque de acuerdo con el trascendido que nos llegó, el propio líder nacional, Marko Cortés, comunicó a Juan Carlos Sánchez que no será candidato ante la cuota de género, no por nada el ingeniero ya anda buscando otras opciones, en tanto que este miércoles ya no se le vio en primera fila en la conferencia de prensa de la dirigencia estatal del PAN.
Pero también, tras el anuncio de Dávila y a pregunta expresa, no dudó en apoyar la coalición entre el PAN, PRI, PRD, PAC y PS, e incluso ofreció respaldar a la alcaldesa capitalina Anabell Ávalos en caso de que sea la nominada, no sin antes insistir que sus correligionarios deberán hacer la lucha y trabajar para conquistar la nominación para el albiazul.
Aunque hay quienes la minimizan, lo cierto es que Adriana es la que encabezaba las encuestas dentro de los prospectos panistas, lo que la convierte en un importante activo para quien salga a la competencia para el 2021, porque si algo tiene la apizaquense, es que se pone la camiseta y de ser necesario defiende en la calle y los tribunales a quienes apoya, sino preguntenlen a Jorge Luis Vázquez cuando logró el triunfo en Apizaco en la mesa del TEPJF.
PESADILLA
Aún no empiezan las campañas, y el sueño de ser gobernadora se está convirtiendo en pesadilla para Lorena Cuéllar y muchos de sus seguidores.
El regreso de Elia Sánchez a su equipo manda un pésimo mensaje, pues ha desplazado piezas que ya se veían en una secretaría, o cobrando como “asesores” -sin trabajar- dentro del proyecto lorenista.
Resulta desmoralizante -para ellos- concebir que después de la etapa árida en la que picaron piedra para proyectar burdamente una imagen, defendiendo a capa y espada el trabajo de una gestión cuestionada, tengan que ir a la banca y ser sustituidos por alguien que llegó en su lugar.
Esta circunstancia confirma lo que muchos, en carne propia, ya saben: que Lorena no cumple compromisos ni respeta acuerdos pero, también, que varios de esos asesores hoy reciben una sopa de su propio chocolate.
Lo mismo pasó cuando fue dejado en la superdelegación Carlos Luna, varios lorenistas que por años le han cargardo la bolsa y los folders, hicieron el entripado de su vida, aún con todo y las caravanas que le hacían en público y privado no fueron tomados en cuenta.
El asunto es que es tal la soberbia de la aspirante morenista, inflada por los resultados de las encuestas, que siente el triunfo en sus manos sin aún haberlo ganado. Por eso se da el lujo de prescindir de aquellos que se sentían cercanos y muy leales a ella.
Es un pésimo mensaje dentro y fuera del equipo de la ex superdelegada.
Por dentro, crecen las razones para suponer que solo pueden ser utilizados sin que su entrega sea debidamente retribuida; por fuera, hay motivos para dudar de su palabra ante alguna promesa de apoyo a cambio de respaldo.
La moneda de cambio está devaluada: lealtad por deslealtad, compromiso por traición.