Sin Censura / Nada será igual
Juan Luis Cruz Pérez
Nada será igual con y después de la pandemia. Todo, vida social, educativa, cultural, deportiva, política y familiar es y tendrá que ser distinta.
Poco nos preparamos para esto y casi nada hemos hecho para mejorar las condiciones de este lacerante presente e incierto futuro, porque, aunque sabemos que nada será igual, tampoco hemos hecho mucho para ajustarnos a esta realidad.
Y en el sector educativo es un ejemplo de ello.
Ningún sistema educativo del mundo estaba preparado para enfrentar y atender con éxito la crisis que genera la pandemia por Covid-19. De la noche a la mañana, en un fin de semana, en Tlaxcala, las autoridades decidieron apagar la luz en las escuelas y enviar a niños y jóvenes a sus casas
Así, la emergencia sanitaria en el sector educativo de Tlaxcala ha sido atendida por autoridades, directivos, maestros, padres de familia y alumnos, en ese orden, pero no ha sido resuelta, porque no hubo ni ha habido educación, en estricto sentido todo ha quedado en el flujo de datos y a una lejana distancia de una verdadera comunicación.
El sistema educativo, secuestrado o controlado, como quiera usted observar o matizar, por el sindicalismo, con la complacencia gubernamental, no estaba preparado para atender una contingencia sanitaria como esta, por lo que vino, en la mayoría de los casos, al sálvense o “enseñen-aprendan” como puedan
Las instituciones educativas de Tlaxcala no estaban preparadas para un cambio tan rápido en el modelo y la forma de enseñanza, aunque hubo algunas que tuvieron que enfrentar desafíos mayores para continuar con sus procesos a distancia.
El reto no fue solo para alumnos, sino para maestros en lo individual.
Al inicio, la mayoría de los maestros y padres de familia nos rascamos con nuestras propias uñas y capacidades. Tras el regreso de las dos semanas de vacaciones de semana santa, el proceso educativo se dio a través de mensajes de texto, WhatsApp, correo electrónico, Facebook. No hubo planeación y mucho menos dirección, todo fue solo para tratar de cumplir.
Conforme pasaron las semanas, algunos docentes incluyeron otras tecnologías y formas de comunicación, con el uso de plataformas gratuitas como Zoom, Classroom, y en algunos casos, muy contados en plataforma institucional
La educación en Tlaxcala durante la pandemia ha demostrado que como ocurre en el país, hay dos “Tlaxcalas” el rural y el urbano, en el que las brechas son inmensas y abren más las diferencias entre los estudiantes.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), a través de su Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) dio a conocer que 113 mil 825 hogares disponen de conexión a internet en Tlaxcala, lo que equivale a solo 34.2 por ciento. La gran mayoría se centra en zonas urbanas y en las rurales, pero lo cierto es que es bajo el nivel de acceso a internet. Tlaxcala estaba, en 2018, entre las cuatro entidades con menores porcentajes de acceso en el país.
Ante esta realidad, no vemos todavía que haya una estrategia clara para que las cosas cambien y mejoren, porque parece que esto va a durar, ya que la curva de contagios ni se aplana ni se doma, al grado que instituciones educativas a nivel nacional estiman que las luces en sus aulas seguirán apagadas hasta el próximo año.
Ayer mismo, el secretario de Educación Pública federal, Esteban Moctezuma Barragán, señaló que el regreso a clases presencial para el ciclo 2020-2021 será hasta que cada entidad esté en semáforo verde. En Tlaxcala no hemos bajado del rojo.
En las entidades no habrá regreso a clases hasta que “todas las actividades económicas y sociales estén operando nuevamente”.
Ante esta realidad, nuestras autoridades siguen sin hacer mucho o de plano no hacen nada.
Muestra de ello es que el pasado 19 de mayo, los integrantes del Poder Legislativo aprobaron una nueva Ley de Educación, la cual, ni se ajusta ni visualiza las nuevas exigencias que enfrenta la educación ante problemas como éste. Con esta ley, todo cambió para seguir igual, aunque algunos son pesimistas y dicen que peor en una realidad en la que nada será igual.