Por Edgardo Cabrera
Por segunda semana consecutiva, el gobernador Marco Mena realizó ajustes en su gabinete, y es evidente que algunos de sus funcionarios fueron premiados, y otros relegados para ponerse realmente a trabajar.
Es el caso de Roberto Núñez Baleón, después de más de dos años de disfrutar de fiestas, convivencias y vacaciones pagadas, fue desplazado de la Secture y mandado a trabajar al Conalep. En materia turística, es evidente que no hubo mayores avances en la promoción del estado, aunque él y su partido «tienen otros datos».
Ahora en su nuevo puesto, dicho subsistema educativo bien podría ser su tumba o su plataforma, en lo personal me inclino por la primera opción.
En su lugar llegó Anabel Alvarado Varela, quien se mantiene en las preferencias del mandatario estatal y por tanto fue premiada para gozar de mayor aparador político. La ex candidata al senado hizo buen trabajo como encargada de las actividades conmemorativos a los 500 años del encuentro de dos culturas, por lo que seguramente brillará en turismo.
No sería raro que desde esa posición se perfile para disputar la candidatura a la presidencia municipal de Tlaxcala, y aunque si bien aparece entre las nominadas del PRI a la gubernatura, también es cierto que sus fichas no le dan para tanto, recordemos su papel en la competencia por una posición en la Cámara Alta.
Otro que salió por la puerta de atrás fue el hidalguense Alberto Jonguitud Falcón quien quedó a deber ya que se tenían grandes expectativas de él por su pasado como funcionario público. Jonquitud fue removido de la Secretaría de Salud y en su lugar fue colocado René Lima Morales, hermano del aún dirigente estatal del PRI, Roberto.
René tiene experiencia en el sector, era director de Atención Médica de la SESA y en sus primeras declaraciones admitió que falta mucho por hacer en la dependencia, ya veremos si le da tiempo de concretar esos cambios porque la segunda dependencia más grande del estado, es de las que padece mayores grillas internas.
A la lista de los que no dieron el ancho se suma Francisco Javier Romero Ahuatzin quien fue degradado de secretario a asesor de Zonas Metropolitanas. Para sustituirlo en la Secretaría de Obras Públicas, Desarrollo Urbano y Vivienda el gobernador nombró a Alejandro Serrano García quien ocupaba el cargo de director de Licitaciones, Contratos y Precios Unitarios de la Secoduvi.
Por el movimiento realizado, es evidente que desde una posición secundaria en la secretaría dio mejores resultados que el titular, de ahí el premio, amén de que de siempre ha pertenecido al grupo político del gobernador y al tricolor.
OTROS CANDIDATEABLES
Quien al parecer también fue premiado es José Luis Ramírez Conde a quien lo movieron de la Sefoa a la Secretaría de Comunicaciones y Transporte.
El apizaquense es claro prospecto a competir por la alcaldía de su tierra natal y desde la Secte tendrá mayor margen de operación política, recordemos que no le resulta desconocida dicha secretaría ya que durante el sexenio de Mariano González ocupó la dirección de transporte por encargo de la entonces secretaria Gisela Santacruz.
En tanto que el ex diputado Arnulfo Arévalo Lara fue acomodado en la Secretaría de Fomento Agropecuario, posición a la que llega también con buena experiencia tras su paso en la delegación del Registro Agrario.
Recordemos que antes de la Sefoa y después de la RAN, Arévalo fue designado como enlace del Ejecutivo con el Legislativo, sin embargo es claro que quedó a deber, sin embargo no perdió la confianza de Marco Mena y, por el contrario, pareciera que le vio posibilidades para regresar a la competencia electoral para el 2021.
Tras los nuevos nombramientos y enroques, ya hay quinielas para otros más como parte de la estrategia 20-21 del PRI.