Por Edgardo Cabrera
Con la novedad que los pitonisos se equivocaron, daban por hecho que Mario Jiménez sería ratificado pero no fue así, el magistrado sólo tuvo ocho meses, y esos le bastaron para mal gobernar el Tribunal Superior de Justicia del Estado.
Tal y como lo habíamos anticipado en este espacio la semana pasada, a pesar de las muinas de los agoreros del desastre, Fernando Bernal venía trabajando desde finales del año pasado para encabezar el Poder Judicial y su primer reto era convencer y dejar atrás los rencores con los ex presidentes, Elsa Cordero y Héctor Maldonado, algo que logró.
Precisamente ambos eran sus compañeros en la Sala Civil, y fueron ellos los primeros en respaldarlo públicamente el sábado durante la sesión de renovación de la presidencia donde el propio Bernal se auto propuso para el cargo.
Así, sin mayores aspavientos el magistrado logro la presidencia por unanimidad, incluso obtuvo el voto de un desencajado Mario Jiménez que pretendió reelegirse y ganarse las simpatías de los suyos con tretas como el reparto de bonos discrecionales, contratación de amigos y familiares de sus colegas, entrega de plazas y hasta la recategorización de los parientes de los propios magistrados.
Al final del día quedó claro, una vez más, que lo que se vive al interior del poder Judicial es un auténtico festín carroñero, donde las aves están atentas para devorar a quien ven caído en desgracia, o mejor dicho, DE su GRACIA.
Y es que, aunque lo duden, buena parte de las filtraciones derivadas de los excesos de los magistrados provinieron de su misma oficina, era «fuego amigo», y de ese juego se dieron cuenta quienes apenas 8 meses atrás lo apoyaron para derrocar a Héctor Maldonado.
Ahora, con nuevo presidente, veremos el rumbo que toma el TSJE. Como es de esperarse, sus primeros ofrecimientos son de “mejoras”, y sus primeros pronunciamientos políticos son en el sentido de aventurarse a decir que “todo se lo dejaron bien”, la realidad es que ya hemos visto que del dicho al trecho hay un gran trecho.
Fernando Bernal tiene en este momento el beneficio de la duda, ya veremos cuánto le dura.
MORENA ATRÁS
A colación de la renovación del TSJE, el nuevo presidente trae detrás el apoyo del partido en el gobierno federal y de la mayoría dominante en el Congreso del estado: Morena.
Recordemos que fueron los actuales diputados quienes lo reinstalaron en el cargo de magistrado, luego de un largo litigió con al menos dos legislaturas.
Fueron cuatro años de pleito (durante ese lapso hasta candidato a diputado por Morena fue) y al final los venció revirtiendo la determinación del Congreso de Tlaxcala que en el año 2014 determinó no ratificarlo.
Ahora tras su regreso no sólo fue indemnizado y reinstalado, sino que con poco más de año y medio en el cargo ya es el presidente y, tal como ocurre con el congreso local, así como con el gobierno federal, se prevé una relación tersa con el ejecutivo estatal, Marco Mena.