Por Edgardo Cabrera
Por más que lo intentan, en el PAN no parecen funcionar las cosas, por el contrario, debido a sus pugnas internas están haciendo el ridículo.
Lo anterior viene a cuento porque a una parte de los pitufines no les gustan las declaraciones relacionadas con el Covid-19 que ha estado emitiendo su presidente, José Gilberto Temoltzin, por medio de comunicados de prensa.
En algunos de esos posicionamientos José Gilberto ha cuestionado desde la compra de ventiladores a sobreprecio por parte del gobierno federal, hasta las acciones que ha emprendido su partido (por medio de sus representantes populares y autoridades) frente al Covid-19.
Sin embargo, lo que parecería una buena acción fue mal vista ya que le reprocharon hablar a nombre de todos los panistas sin previamente consultarlos
¿Entonces para qué tienen dirigente?, quizá les convendría más un florero, o un líder de chocolate como los que proliferan en otros partidos de oposición donde el silencio prevalece, así se caiga el cielo o nos azote una pandemia
EL CIRCO
La exposición mediática de Temoltzin ha desatado acaloradas discusiones, que incluyen burlas, reclamos, reproches y hasta mentadas de los suyos.
Todo se ha dado en un grupo de whatsapp que creó la cúpula estatal del partido para comunicarse, y donde están integrados alcaldes, legisladores locales y federales, consejeros panistas, así como la propia dirigencia.
Por ejemplo, luego de que presumiera las acciones de gobiernos y legisladores panistas frente a la pandemia, no faltó algún alcalde (como el de Tenancingo) que se molestó por no ser mencionado dentro de las acciones de gobiernos panistas, aunque en los hechos, el señor (que trae a cuesta un escándalo por coartar el ejercicio periodístico de una corresponsal extranjera) no ha hecho nada destacado.
Ya nada más faltaba que el de Zitlaltepec, otro “modelo” de conducta, también se quejara; recordemos que este panista toleró un baile popular en plena contingencia por el Covid-19, y también exhibió a toda una familia que tuvo la desgracia de que el patriarca muriera por coronavirus en un hospital de la Ciudad de México.
Pero ahí no acaba la cosa, también una parte de los reproches tienen que ver con el sensible diputado presidente de la mesa directiva del Congreso local, Omar Milton, a quien Pepe Temoltzin ha presumido como “ejemplo” de transparencia en el “re direccionamiento” del “fondo moches”.
El asunto es que sobre este personaje pesan las sospechas de traición, y del uso de la marca PAN para saciar fines personales. Para empezar, adolfistas y adrianistas cuestionan que buena parte del fondo para el resarcimiento de las finanzas municipales lo entregó a un gobierno municipal priísta y no volteó a ver primero a todos los alcaldes panistas.
Pero también pesan señalamientos por su cuestionada llegada a la presidencia del Congreso evidentemente pactada con Morena, aunque también dicen que con la súper delegada federal (y sus esbirros del PT y PES en el legislativo), de esto último -nos dicen- pronto sacarán a relucir qué fue lo que pactó a cambio.
Y así, entre reproches y golpes directos, el PAN parece estar condenado al fracaso debido a que sus grupos internos siguen sin digerir la renovación de la dirigencia estatal, algo que data del año 2018.
Por lo pronto el dirigente Temoltzin debería de cuidar y trabajar más a sus aliados, como el alcalde de Apizaco, Julio Hernández, que es el que ha sacado la cara por él en todas sus batallas, y por el otro, finalmente limar asperezas con los grupos antagónicos, antes de que terminen de comerle el mandado.