UNILATERAL
18 De Febrero - 2022
Por Edgardo Cabrera
En el gobierno de la Nueva Historia persisten en confundir la gimnasia con la magnesia, ahora resulta que en medio del sigilo y de manera unilateral fue creada la “oficina local para la protección de las personas defensoras de derechos humanos y periodistas en el estado”, que no es más que la exhibición pública de la ignorancia en la materia.
El decreto publicado en el Periódico Oficial del Estado el 15 de febrero está plagado de yerros legales, vacíos y desconocimiento de la norma federal, así como de los tratados internacionales en la materia, no existe soporte documental, jurídico y menos estadístico de la situación que vive el periodismo en Tlaxcala y menos en materia de Derechos Humanos.
Hicieron un mal copy paste de la ley federal “para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas”, y es preocupante porque simplemente pegaron lo que a la consideración de uno o una que se piensa erudita consideró necesario.
Ejemplo de ello es la ausencia de reconocimiento y protección de la familia de las personas Defensoras de Derechos Humanos o Periodistas, tal y como lo consagra el artículo 24 de la citada ley federal, así como de las demás personas que estén en riesgo por el ejercicio de labor de estos profesionales.
Peor aún, al definir las situaciones de riesgo y agresión, el decreto estatal ignora que no solamente pueden ser físicas, sino también en sus bienes.
No se establece en ningún lado la creación de un manual de riesgos; la definición de periodista y defensores de derechos humanos no es acorde con la visión de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, no entienden el espacio legal que ocupa tanto el derecho “de” información como el derecho “a” la información, pero eso sí, el gobierno de Tlaxcala pretende erigirse con la facultad para decir quién es o no periodista o defensor.
Mientras a nivel federal se considera una junta de gobierno que incluya tres funcionarios federales, de la fiscalía general de la República, de la CNDH y un consejo consultivo con cuatro personas, en la versión lorenista solamente una persona será la responsable de una “oficina”.
El gran problema del actual gobierno es la falta de humildad, la soberbia los ciega, porque para elaborar el decreto no se tomó la opinión ni de defensores de derechos humanos, menos de periodistas, tampoco hubo un acercamiento con el Congreso local y menos con la Comisión Estatal de Derechos Humanos, o las organizaciones.
Para rematar, crean la oficina y sin titular, a más tardar este viernes lo estarán nombrando y, dado que dependerá administrativamente de la Secretaría de Gobierno que dirige el cansado e intolerante Sergio González (ya lo vimos en la comparecencia del martes cómo se puso cuando realmente lo cuestionan), la persona que quede al frente servirá a los caprichos del funcionario, más no velará por quienes son sujetos de protección.
Por si fuera poco, primero crean la oficina y después, en un lapso de 120 días promoverán la “armonización” de la ley “aplicable en la materia”.
TERQUEDAD
Hablando de hacer mal las cosas y de sus absurdos decretos, con la noticia de que el miércoles reabrió el antro que se encuentra en la azotea del Museo de Arte de Tlaxcala, de nueva cuenta se pasan por el arco del triunfo las medidas que por decreto se emitieron para mitigar los contagios, uno de ellos, la prohibición en el funcionamiento de estos establecimientos.
Sabemos que el contrato fue otorgado por el gobierno para un lapso de 6 meses, por algo así como 35 mil pesos de renta mensual, por tanto, es evidente, que les urge a los empresarios exprimir cada día para recuperar lo invertido en la remodelación.
La obra de Frida Kahlo, del oaxaqueño Francisco Toledo, y de otros reconocidos artistas, se pueden joder ante el perreo del techo.