Migrantes, donde la mayoría son sudamericanos, son mal vistos por pseudo migrantes y viciosos en los alrededores de la vieja estación del Tren en Apizaco.
Este 24 de diciembre por la tarde decidimos realizar una reportaje de los migrantes que pasan por Apizaco, donde muchos de ellos pasan la noche y temprano deciden abordar la bestia con destinos a los Estados Unidos.
Pero lejos de encontrarnos solidaridad y varios migrantes, fue triste ver que esa “ayuda” que de pronto tanto se pregona, pasa a segundo plano, a solo poner una cara bonita mientras se tapa con una alfombra el cochinero que hay por debajo.
A nuestra llegada a la denominada “Ciudad rielera” nos dirigimos a la estación del tren, en el cruce con El cerrito de Guadalupe y el camino hacia Apizaquito; ahí esperamos y observamos a distancia el comportamiento de los centroamericanos, el como piden una moneda mexicana para juntar para comer y para alguna necesidad.
En el sitio nos encontramos a un Salvadoreño, de nombre Alfredo (así nos dijo tartamudeando y revisando el perímetro), quien está desde ayer en este lugar, hambriento y lastimado de una rodilla. Al saber que éramos periodistas nos contó un poco de esa situación que se da en los albergues, donde las personas que atienden estos, lejos de ayudarlos, los hacen menos y en vez de apoyarlos los dejan peor de como llegaron.
Alfredo nos contó que pasa la noche a lado del Oxxo rumbo al Cerrito de Guadalupe, esa decisión la tomo al no sentirse seguro, ni apoyado en el albergue del migrante, pues a su llegada lejos de brindarle ayuda, se vio que lejos de ayudar, hacen todo lo contrario. Menciona que a su estadía una persona llegaron con ropa para que les repartieran a los “migrantes” y en vez de hacer eso escogieron la ropa “buena” para así venderla en la Paca, dejándoles la ropa más rota, situación que le molesto y por eso decidió arriesgarse y pasar la noche en la calle.
Hambriento y con la rodilla derecha hinchada del golpe que se dio al bajar ayer de la bestia, pide una moneda a los autos que pasan, en el crucero entre Apizaquito y el cerrito de Guadalupe para juntar y comprarse comida y una venda.
“-Mira, ves a ese drogándose, pues piensan que todo los migrantes somos así, viciosos, cochinos, y por eso la gente no nos apoya; estos zapatos, ahí como los ves, mas o menos, me los compre yo, en la calle, me costaron 200 pesos y fue día y medio para juntar y comprarlos, a pesar que la señora le dije que era migrante, no le bajó nada al precio”-, nos relató.
Alfredo se quedará de nuevo esta noche del 24 de diciembre en el Oxxo; los trenes dejaron de pasar, su destino, Lechería en el Estado de México, donde de ahí el siguiente lugar es Tijuana o Chihuahua, como nos dijo; “- Que el tiempo y las vías dirijan mi camino-”
*Todos los derechos reservados para el Texto, fotos e ilustraciones por ©Fernando Camacho 2019. Queda prohibida toda reproducción sin el consentimiento, por escrito, por el autor.*