Por Mauricio Hernández Olaiz
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Tlaxcala, no aprende de sus errores, pero lo peor es que no muestra interés en hacerlo. Hoy el tricolor local sigue perdido en intereses de grupo que no colaboran con el progreso, ni del partido en general, ni del propio estado, incluso no dudaría, de no dar un serio y contundente golpe de timón, que muy pronto estuviera en riesgo de hasta perder el registro.
Lo visto el pasado domingo con la presentación de planilla única, lejos de mostrar un tricolor unido y fortalecido mostró un desangelado e incoloro partido que en el discurso pretende ser un instituto comprometido con el electorado. Y es que no hay que olvidar que el PRI en Tlaxcala es el partido oficial, el de gobierno, el que busca mantenerse en el poder, pero que por momentos no acierta a entender su posición real entre un partido debilitado de oposición a nivel nacional y uno aún más aletargado oficial en lo local.
El todavía dirigente Priista en el estado, Roberto Lima Morales, solo se ha dedicado a calentar la silla en el último año. Sin presencia y peso político específico, sin argumentos y discurso de reconstrucción, totalmente incompatible con el gobierno estatal, en acciones y omisiones, aplaude con bravura a su futuro relevo, ya el peso del fracaso no estará en sus hombros, aunque poco o nada hizo para quitarse la loza de encima.
Pero el PRI no aprende, y no lo quiere hacer, no le interesa o simplemente no sabe hacerlo de otra manera, ya ni siquiera pierde el tiempo en simular y tan solo mantiene la disciplina partidaria tan rigurosa y asfixiante del pasado, solo que ahora esa misma se ve como una debilidad y como una carencia absoluta de trabajo para la conformación de nuevos cuadros.
Noé Rodríguez es político de experiencia pero de pobres resultados, no es sinónimo de autoridad, pero sí de enchufismo. Más dotado para las relaciones que para la administración pública, Noé tiene el serio compromiso de mantener el poder en Tlaxcala, aunque muchos y muchas militantes priistas no confían en su persona. Dejados a la deriva por años, seguidores del oriundo de Calpulalpan, no esperan un cambio, no hay que la tercera es la vencida, como buen político ha sabido usar a las bases para su beneficio personal otorgado por su cercanía a personajes de estatura en el partido a nivel nacional.
Pero si bien Rodríguez Roldán por lo menos conoce las reglas del juego, su secretaria general es una muestra clara y evidente de que el PRI no entiende, no aprende y que, pese a los duros descalabros propinados por el electorado, no le interesa cambiar. A Mildred Vergara nadie la conoce, salvo el grupo que hoy quiere mover los hilos del partido. Recientemente renunció a su puesto de directora del DIF municipal de Tlaxcala, posición que le otorgó Anabell Ávalos en favor de uno de sus operadores Victorino Vergara. Mildred le ha confesado a personal cercano a ella que, aunque no tiene idea de lo que va a hacer como secretaria general del PRI, por lo menos ya quedó en un puesto de relevancia pensando en una futura candidatura. Imagínese en manos de quién está el urgido y necesitado PRI, en una secretaria que afirma no tener idea de lo que tiene que hacer. Vaya momento que usa el tricolor para colocar personajes sin imaginación y experiencia política electoral en una posición que hoy demanda un trabajo brutal con las bases y la reconstrucción del partido. Mildred Vergara solo trascendió en redes sociales, todavía como directora del DIF municipal, al ponerse a regalar, casa por casa, un kilo de jabón a las familias, para medio darse a conocer. Obviamente la hicieron polvo, como a su jabón, en las redes sociales.
El PRI mantiene el dedazo y los compromisos con grupos para tratar de mantenerse en la pelea, no opta por la experiencia ni el compromiso. No veo en el horizonte cercano un buen aliciente para el otrora poderoso tricolor. Aunque es verdad que hoy el electorado se fijará más en la persona que en su instituto, a este paso no dude que hasta su registro se vea comprometido y más si no logra mantener en casa de gobierno a uno de sus militantes.
Con un gobierno del estado ajeno al PRI, su futuro no es solo es oscuro, sino sombrío y hasta agónico. Por lo menos esas señales yo recibo, por eso me cuesta entender una sola planilla para renovar al PRI. Aunque también es cierto que aún falta esperar a los tiempos de los tránsfugas y no palomeados de otros institutos políticos.
Lo que hace Anabell para mantener contentos a su “selecto” grupo de operadores. Bueno, al final le conviene pero no le ayuda.
Aprovecho el espacio para desear a todos y cada uno de ustedes estimados lectores, una muy feliz navidad y un año 2020 lleno de salud, prosperidad y alegría. Nos tomaremos un breve receso para este espacio, pero si me lo permiten estaremos de regreso en enero.