SOLAPADOS
Por Edgardo Cabrera
Corren las horas y los días, y el gobierno estatal sigue volteando la mirada al lado contrario de los problemas ocasionados por ellos, por su incompetencia para dialogar, pero sobre todo para cumplir acuerdos. Las palabras huecas ya nadie se las cree.
Es récord ya el número de actos represivos cometidos por una administración estatal en apenas un año de funciones, y lo que nunca se había visto en Tlaxcala, marchas estudiantiles con normalistas de otras entidades llegaron para protestar contra el gobierno en turno, en este caso, el de Lorena Cuéllar Cisneros.
Cierto, habíamos tenido la presencia de ellos, pero fue por el caso de los desaparecidos de Ayotzinapa, no a consecuencia de la cerrazón y la represión que cobró la vida de una alumna de la Normal Rural de Panotla y una treintena de lesionadas.
Lo más preocupante es que la mandataria estatal solapa la incompetencia de sus secretarios de Gobierno, de Educación y de Seguridad, es el trío del desastre.
El berrinche de Homero propició el crecimiento del malestar; la indolencia de Sergio y sus mentiras, provocaron la indignación; la brutalidad de Ruiz con su garrote Ballesteros, derivó en la muerte de Beatriz N. ¿Qué más espera la gobernadora para poner orden?, ¿más muertos y torpezas?, Tlaxcala no lo merece.
OTRO MÁS
Otro conflicto social que se cocina a fuego lento es con los productores agropecuarios, ignorados y ninguneados por otro de esos muy malos secretarios que designó la Triste Historia.
El de Impulso Agrícola es otra más de las crónicas anunciadas de un desastre, su irresponsabilidad de no contratar un seguro de cobertura al campo frente a contingencias climatológicas sumió a los productores en una de las peores crisis que han padecido, agravada por la inflación, los precios de todo están hasta las nubes.
Tampoco en este caso hay sanción, existe responsabilidad administrativa e incluso podría ser penal por no emplear los 16 millones de pesos etiquetados en el presupuesto para un seguro, al De La Peña se le hizo fácil desviar el dinero para ofrecerlo en apoyos, sin reglas de operación y supuestamente para atender la contingencia, está visto, ese recurso no alcanza para atender a todos en la medida que ellos invirtieron para sus cultivos.
De esto, también corren las horas, los días y las semanas, sin que tenga una solución, por lo que no sería raro ver ahora en las calles a los campesinos protestando, mientras que el estado utilizando, de nuevo, a sus granaderos para reprimir.