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Aquí no se trató de un asunto de inseguridad, el homicida y sus cómplices (toda su familia) actuaron porque simplemente su moral así se los dictó |
Por Edgardo Cabrera
De nueva cuenta un hecho delictivo refleja el cambio de nuestra sociedad, pasamos de la Tlaxcala tranquila donde no ocurre nada, a una entidad infectada por la ola nacional de violencia e intolerancia con los demás.
Lo anterior viene a cuento luego de un homicidio registrado este fin de semana en Apizaco, no se trató de un ajuste de cuentas, una pugna por el control de una “plaza”, tampoco un asalto violento, simplemente fue un conflicto vial que terminó a balazos
Sí, una disputa entre particulares luego de que el ahora asesinado no dejara que lo rebasara una familia que conducía una camioneta Acura sobre el bulevar “El Pana”. Los “ofendidos” o agredidos, lastimados en su honor, cobraron la “afrenta” con sangre tras una persecución que terminó en calles céntricas de Apizaco.
La víctima mortal era un empresario que se dedicaba al negocio de la renta de globos aerostáticos en Huamantla. Los detenidos acusados del homicidio, ¡toda una familia!: el padre, José Antonio N. de 55 años de edad; su hijo José Miguel N., de 22; una menor de 15 años de edad (también hija) y la mamá, Sofía N., de 48 años, todos asegurados instantes después del delito.
Evidentemente estamos ante un caso que lastima a todos, máxime cuando hablamos que la familia es la base o núcleo de nuestra sociedad, y lo ocurrido en Apizaco donde toda una familia que aparentemente goza de cierto estatus no tuvo empacho en arrancarle la vida a otra persona por un simple altercado vial, como otros tantos que se registran cada día.
Y de la violencia física pasamos a la condena de las redes, donde al igual que los agresores, se repiten conductas de intolerancia y linchamiento contra los presuntos responsables, la autoridad, el sistema judicial y hasta contra la víctima, en fin.
Lamentablemente parece que estos acontecimientos seguirán escalando en tanto nadie ponga de su parte.
Aquí no se trató de un asunto de inseguridad, el homicida y sus cómplices (toda su familia) actuaron porque simplemente su moral así se los dictó.
¿Qué estamos dispuestos a hacer como sociedad?
REVÉS
Al detectar graves errores en el procedimiento, el recién nombrado presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado, Fernando Bernal frenó dos procesos de licitación que, al parecer, ya estaban planchados por su antecesor Mario Jiménez.
Se tratan de contratos para asignar las empresas que se encargarán de prestar sus servicios en las áreas de vigilancia y limpieza.
Hablamos de varios miles de pesos que están en juego ya que quienes resulten favorecidos con las adjudicaciones podrán prestar el servicio al menos durante el periodo del actual presidente.
Se sabe que la adjudicación de dichos contratos se pretendía hacer el mismo sábado 1 de febrero, después de que concluyera la elección del nuevo presidente del TSJE; ya estaba incluso lista la convocatoria para que sesionara el Consejo de la Judicatura que tenía programada la toma de protesta del nuevo titular del poder Judicial como cabeza de dicho órgano de control administrativo, y en segundo término se encontraba la adjudicación de contratos.
Pero no salió el plan como se tenía previsto, toda vez que Bernal cabildeó inteligentemente su ascenso a la presidencia y el entonces presidente interino, Mario Jiménez, se confió y dejó a terceros la construcción de acuerdos.
La cancelación de los procedimientos de adjudicación de los servicios de vigilancia y seguridad es solo la punta del iceberg, el viernes tras concluir el proceso de entrega-recepción, se anunció que seguirá la revisión a otros contratos más que se asignaron en el periodo anterior, así como la asignación y re categorización de plazas donde aparecen algunos singulares casos como la hija del ombudsman metida a la nómina a pesar de no contar con requisitos tan elementales como título y cédula profesional en el ramo del derecho.