Con 10 de calificación sería aprobado el programa de capacitación del programa Jóvenes Construyendo el Futuro si se tratara de un curso sobre aviación gubernamental, porque cerca del 80 por ciento de los becarios del Poder Legislativo existen de nombre, pero en el Congreso local, ni los conocen.
Eso revela la auditoría practicada la víspera en el Congreso local.
Ayer, el chahuistle les cayó en el Congreso del estado y la Federación está a nada de confirmar lo que es un secreto a voces de megáfono, que los diputados están haciendo del no robar, no mentir y no traicionar los clavos de su ataúd político y están destruyendo el futuro.
Ayer, los inquilinos del Palacio Legislativo se echaron varias paladas a su tumba, porque el escándalo que les viene tendrá repercusiones con su jefe moral, Andrés Manuel López Obrador, por lo que a muchos ya les estarán poniendo la extremaunción.
Al mediodía de este jueves, un grupo de profesionales de la dirección general de inspección federal del trabajo de la delegación del Trabajo en Tlaxcala llegó hasta la sede del poder Legislativo para auditar el programa Jóvenes Construyendo el Futuro y confirmaron lo que todos sabíamos.
Los diputados están destruyendo el futuro de más de una centena de jóvenes, a quienes tienen de becarios pero sin aprender oficio ni beneficio de la labor burocrática o de representación que debería abrevar del Poder Legislativo.
En cambio, detectó, según el reporte al cual tuvimos acceso, que la inmensa mayoría de los becarios, que cada mes reciben 3 mil 600 pesos para aprender un oficio, no están, ni llegan ni los conocen en el Congreso local. A no ser que los jóvenes están aprendiendo el oficio de la aviación gubernamental.
Ello porque personal de la Secretaría del Trabajo solicitó que los 132 becarios registrados en el Poder Legislativo se reunieran en el Salón Rojo del Palacio Legislativo. Pasaron casi 60 minutos de espera, de constantes convocatorias, pero la cifra no se movió: sólo 37 de todos los beneficiarios estuvieron en el Congreso del estado.
Los otros jóvenes que deberían aprender un oficio o función administrativa no están y lo peor, es que al pase de lista y al cruzar información con los asistentes, se confirmó que nadie conocía a poco más de 60 de los faltistas.
Esto demostraría que los diputados, en su gran mayoría, utilizan el programa Jóvenes Construyendo el Futuro como caja chica o bien, como fondo para financiar la estructura política para sus futuras aspiraciones, así como para el pago de favores a favor de chicos que en algún momento estuvieron en sus respectivas campañas, y ahora reciben estos recursos sin hacer nada a cambio.
Además, la auditoría también confirmó que no existe un programa especial de capacitación ideado para los jóvenes que reciben esta beca, pues la mayoría no tuvo esquemas ni rangos a evaluar ya que “no hay unidades de medición ni proyecto”, refiere el informe.
Con ello, la asignación de este programa y las irregularidades detectadas ponen en riesgo la operatividad del mismo en el Poder Legislativo y sobre todo, evidencia los excesos cometidos por legisladores de la Cuarta Transformación.
De ser así, la delegada de los programas federales, Lorena Cuéllar Cisneros, deberá actuar en contra de los abusivos legisladores, entre ellos sus correligionarios, pues hay diputados, como Víctor Manuel Báez López o Patricia Jaramillo, que fueron beneficiados con casi una decena de becarios que, al momento de la auditoría, estaban en prácticas de vuelo en el curso de aviación gubernamental.
Veremos si no le tiembla la mano o bien, dicha inspección fue solo una vendetta para apretar tuercas y meter en cintura a los opositores, mientras tanto, ¡viva el curso de aviación gubernamental!
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