Por Edgardo Cabrera
Ahora que se acercan vientos de cambio en el TSJE, y no porque el flamante presidente Mario Jiménez esté pensando en acabar con los excesos y la ineficacia, sino más bien por el vencimiento de plazos de cuatro magistrados, nos enteramos que en el Congreso quieren revivir una iniciativa enviada a la congeladora meses atrás.
Se trata del planteamiento del morenista Víctor Báez para reformar la Constitución del estado y elegir mediante “convocatoria” abierta a los juzgadores, así como desaparecer el Consejo de la Judicatura, y dotarle de plena autonomía al Tribunal de Justicia Administrativa.
El asunto es que, de entrada, para el caso del magistrado Elías Cortés Roa no les daría tiempo de aprobar y que se publique una posible reforma, es más, quién sabe si les de tiempo de agotar el actual procedimiento considerando que no le han solicitado ningún informe al citado abogado para iniciar con su proceso de evaluación.
En tanto que para los casos de Mario Jiménez, Elsa Cordero y Rebeca Xicohténcatl, sí podría cambiarse todo el procedimiento, siempre y cuando no les veten la ley como ha ocurrido de manera recurrente por no consensarlas entre ellos y trabajarlas con el suficiente sustento legal.
Por lo pronto, nos enteramos que el ejecutivo ya tiene lista una terna para ser enviada en caso de que los legisladores determinen la no ratificación de Cortés Roa y así no les ganen los tiempos ante el procedimiento fast track de evaluación que apenas iniciaron este martes en el Congreso con la integración de la Comisión Especial.
TRÁFICO DE INFLUENCIAS
No hay quién pare los excesos en el Tribunal Superior de Justicia del Estado, los favores, nepotismo y abusos siguen saliendo a relucir.
Es el caso de la hija del presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Andrea Vanessa Cid del Prado quien se convierte en un monumento al tráfico de influencias tolerado por el presidente Mario Jiménez.
Ahora sabemos que desde junio obtuvo la definitividad en el puesto al que llegó hace unos cuantos meses como parte de un supuesto “interinato” como oficial en aspectos generales percibiendo un sueldo superior a los 20 mil pesos.
Con dicho movimiento la joven escaló, sin más ni más, al nivel 14 de sueldos del poder judicial, el mismo que ocupa un juez de primera instancia, solamente cuatro niveles por abajo del presidente magistrado, algo que resulta injusto para el resto de los trabajadores.
Estamos ante un claro acto de abuso considerando que el único mérito que tuvo la hija del ombudsman fue que su papá, Víctor Cid, le dio chamba de funcionario al esposo de la magistrada Rebeca Xicohténcatl.
Ante el descaro total, Vanessa Cid permanece asignada a la ponencia de dicha magistrada donde, tal parece, los ascensos están basados en los favores.
Ahora que se abrió la temporada de evaluación desde el Congreso, lo correcto sería comenzar a recopilar todos estos abusos solapados desde la presidencia del TSJE para considerar seriamente la NO ratificación de ninguno de los magistrados ya que todos han participado en el botín del reparto de la nómina para amigos y familiares, pero no sólo eso, sino también de la asignación de proveedores y contratos.
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