Por Alfredo González
De película de terror lo sucedido y finalmente resuelto por la Procuraduría en torno al violento asesinato de una elemento de la Fiscalía General de la República, quien fue acribillada a tiros afuera de una estancia infantil en la capital, hecho que indignó y horrorizo a la ciudadanía.
Luego de esa trágica mañana de hace algunos meses, la especulación y especuleros apuntaban muy alto a la delincuencia organizada, augurando ajustes de cuentas y cuanta cosa salía de sus viperinas lenguas, cuentos que resultaron más que alejados de la realidad de un lamentable crimen motivado por cuestiones sentimentales.
Tras las rejas ya se encuentran un elemento de la Policía Federal de Investigación, ex pareja de la víctima y la susodicha querida y autora material del atroz hecho, una Ministerio público de la FGE poblana que no es concebible, sea ella, una representación legal de víctimas, quien sea victimaria motivada por hechos pasionales, síntoma inequívoco de lo podrido que puede estar el sistema penal y de preocupación de Justicia mexicano.
Curioso preguntar además el porqué sería la PGJE quien debió sacar la cara y dar solución a la incógnita, pues ¿acaso no la FGR está a facultada a atraer el caso?, corríjame usted, pero al tratarse del asesinato de un servidor público federal, asesinada con la participación de otro funcionario de la nación, se justificaría que el caso se atrajera por cuestiones obvias.
Ladrón que roba…
Risible y para anécdota lo sucedido con el presidente del TSJE en días pasados, pues entre alipuces y viandas le pepenaron el celular enfrente de sus narices en el convite con una barra de abogados.
Más allá de que el magistrado pudiera hacer pecado de inocente al dejar la pertenencia en el tablón, fue mucha más la malicia y astucia de alguno de la veintena de pelaos que departían con el jurista por razones que sólo ellos saben, sin embargo, pudiera ser, caber la posibilidad, que el estado etílico de alguno de ellos incluyera en el resultado.
Me explico… Pues al calor de las copas, las cosas se pierden de vista, se olvidan o simplemente se hacen cosas inconscientes y hasta poco legales, algo que solo sabrán ellos y una eventual resaca con certeza.
Errores fatales
Algo anda muy pero muy mal en las entrañas del Seguro Social, donde el encargado del changarro pareciera no conocer la realidad de lo que pasa entre errores, desabasto de medicinas y lamentables fallecimientos que pudieron haberse evitado con las acciones correctas.
Mientras eso pasa, o en lo que se dan cuenta, ya son una tercia de fallecimientos de neonatos en el hospital de la Rielera, el último de ellos el pasado lunes, donde sin darse cuenta en cuestión de horas una luz se encendió y apagó dejando en duelo a una familia que debía estar celebrando el milagro de la vida… Vaya errores.
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