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| Suenan como posibles sucesores en la coordinación de programas federales los coordinadores regionales Baldemar Cortés e Isela Rojas; también podría llegar Claudia Pérez ante la probabilidad de que previo a que inicie el proceso electoral Lorena regrese a la Cámara Baja a perder el tiempo, o, mejor dicho, a ganar tiempo de promoción |
Por Edgardo Cabrera
La urgencia del protagonismo de la súper delegada en la entrega de apoyos sociales radica en el hecho de que serán los últimos recursos que podrá entregar; la señora ya alista sus maletas, repletas de pendientes y metas inconclusas.
De acatar las reglas y los principios éticos que presume la 4T y sus partidos satélites, a más tardar en julio debería separarse del cargo.
Su interés superior no es esa población vulnerable que atiende el Bienestar y de la que ahora se cuelgan sus corifeos al tratar de justificar los actos públicos, sino la de competir en las elecciones del 2021.
Con ello, acumulará un cargo más que deja inconcluso, recordemos: dos veces ha sido diputada local y las dos pidió licencia por andar de grilla.
En el senado también en dos ocasiones dejó aventado el cargo para irse a elecciones. Como alcaldesa tampoco terminó, ahí dejó a Zenón Ramos.
Recordemos que ahora es diputada federal -CON LICENCIA- porque quiso ser delegada del Bienestar.
A su lista de puestos inconclusos se sumará el virreinato llamado “súper delegación”, por lo que después de entregar los recursos del pueblo -más no de ella- su siguiente tarea será la de alistar la entrega-recepción de la dependencia.
Por cierto, anhela dejar a alguien de sus confianzas en la delegación para seguir sacando provecho electoral de los programas sociales, ya veremos si lo logra, porque al interior de Morena y del gobierno federal hay voces que piden que la coordinación de programas federales sea para un militante.
Aunque suenan también como posibles sucesores en el puesto los coordinadores regionales Baldemar Cortés e Isela Rojas; también podría llegar Claudia Pérez ante la probabilidad de que antes de que inicie el proceso electoral Lorena regrese a la Cámara Baja a perder el tiempo, o, mejor dicho, a ganar tiempo de promoción.
#LordBerrinches
El síndico de Tlaxco, Amador Márquez, está como novia despechada, se siente rechazado y acosado porque, según él, fue corrido de la oficina que ostentó durante tres años en el palacio municipal y reubicado en un espacio más pequeño, por lo que ha emprendido una campaña para manifestar su tristeza y desconcierto.
Sin embargo, la realidad es que solito perdió credibilidad y apoyo en el cabildo derivado de sus yerros cometidos al perder la cifra histórica de 31 laudos laborales, dañando las arcas del municipio por 8 millones de pesos.
Aunado a esto, durante tres años no ha podido o querido ejercer sus funciones de representante legal.
Para muestra un botón: presidentes de comunidad le han solicitado desde el año 2017 que regularice los predios y propiedades de algunas presidencias de comunidad, de lo cual no muestra interés, por lo que las peticiones de los presidentes quedaron en el aire.
Lo mismo sucede en el Pasaje San Felipe, ubicado en propiedad del municipio de Tlaxco y que antes albergaba un hotel.
La presente administración dejará una inversión importante en dicho inmueble, pues además de remodelarlo, construirán un teatro y existe la posibilidad de arrendar el hotel a alguna cadena nacional, para que se reactive y sea un hotel funcional para los visitantes.
Todo está muy bien, sin embargo, la inversión se puede caer ya que existen asuntos legales que el Síndico no sabe y no quiere atender.
Desde el año 2017 la alcaldesa le solicitó a Amador Márquez regularizar a los 8 locatarios que tienen sus empresas en el pasaje, incluido BBVA y particularmente una cooperativa textil que opera desde 1980 y que da trabajo a cien trabajadores tlaxquenses, quienes han solicitado reiteradamente se les pueda otorgar un documento que avale la renta del lugar, con motivos que les permiten dar seguridad a sus actividades.
Sin embargo, el delicado síndico de Tlaxco no ha realizado su trabajo desde 2017, dejando al aire un proceso que en estos momentos apremia, por la importancia de la inversión que se concretará en dicho inmueble y que beneficiará al Pueblo Mágico.
Con esto queda demostrado que Amador solo es síndico para los reflectores y el protagonismo, pero no para sus funciones y atención ciudadana.
Su ineficacia poco a poco lo va llevando al borde de la soledad, sí, puesto que 38 presidentes de comunidad, siete regidores y una presidenta municipal, siguen esperando más trabajo y menos excusas
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