DE PENA
Por Edgardo Cabrera
Finalmente, el carruaje de la presidencia de la Mesa Directiva se le hizo calabaza a Milton López, quien se fue con pena y sin gloria.
Su desastrosa presidencia la cerró con “broche de oro”, luego de que el sábado, una vez más, torciera la Ley Orgánica para sesionar de forma virtual, seguramente ante el temor de reproches, reclamos e insultos que seguramente le lloverían en una sesión presencial.
Recordemos que el jueves se pasó por el arco del triunfo el acuerdo que él mismo avaló para mantener a los diputados y personal en cuarentena y, en cambio, convocó a sesionar de forma presencial, con ello formó parte de un complot de un grupo de ambiciosos para armar un plan y darles la espalda a las mujeres en la reforma electoral.
De paso, mostró una vez más el cobre del que está hecho al cobrar venganza e impulsar la remoción de mujeres de posiciones clave: Irma Garay de la presidenta de la Junta de Coordinación y Concertación Política, y María del Rayo Netzahuatl, de la presidencia de la Comisión de Finanzas y Fiscalización, todas, al parecer, en un marco de ilegalidad.
Ello le valió que desde el jueves activistas y feministas arremetieran en su contra acusándolo de incongruente y misógino, incluso algunas voces, como la de Yeny Charrez, sin empacho, aseguró que sobre el panista pesan acusaciones de acoso y violencia de género contra diputadas.
De ahí que el sábado hizo valer por última vez su condición de presidente al convocar a la sesión virtual para concluir su desastrosa representación en medio de la incertidumbre y deshonestidad de todos sus actos por la evidente ilegalidad de las sesiones “electrónicas”, figura inexistente en la Ley Orgánica y la Constitución Política.
LAS GARRAS DEL MININO
A tres meses del fin del periodo de la presidencia de la Junta de Coordinación y Concertación Política, despojada a la petista Irma Garay y otorgada como hueso de consolación al morenista Ramiro Vivanco, resulta que al diputado Garrido se le queman las ansias para ser impuesto como presidente para el último año legislativo.
De ahí que se sumara al bloque anti género para amarrar desde ahora su apoyo, alegando que su partido, el PES, ocupa la tercera fuerza política del estado.
La semana pasada no tuvo empacho en darle la espalda a las mujeres, encandilado por otro personaje que se las gasta igual que él (el delicado Milton), de ahí que acudió a una reunión con dirigentes partidistas en la que planearon -ahora sabemos- no solo “bloquear” la reforma a diversas disposiciones legales en materia electoral y de género, sino concretar un golpe al interior del Congreso, uno más, por cierto.
Ahora piensa que tiene el respaldo de la chiquillada, y en este mar de continuas traiciones, tiene además una factura pendiente de cobrarle a su comparsa albiazul, y es que meses atrás fue precisamente Garrido quien sirvió de intermediario con Lorena Cuéllar para que los legisladores locales que le son afines le dieran su respaldo y llegara a la Mesa Directiva.
De aquella costosa factura, Milton ha venido pagando una serie de favores, entre ellos, el freno a la creación de la Fiscalía General del Estado de Tlaxcala, el juicio político contra el magistrado Mario Jiménez y ahora deberá cabildear con sus autómatas para que levanten el dedo a favor de Garrido al frente de la JCCP.
Ahora solo falta que Ramiro le haga honor a su apellido, Vivanco, y se quiera retirar de la presidencia de la JCCP dentro de tres meses.
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