Contra columna
• CRIMEN Y POLÍTICA
• CIERRE DE CAMPAÑAS
JOSÉ MARTÍNEZ M.
Mañana miércoles es el último día de las campañas de medio gobierno. Aunque se trató de una cruzada corta, como nunca antes se registró una lluvia de encuestas, muchas de ellas preparadas para ensuciar la imagen de los candidatos, Morena fue el principal partido encargado de enlodar el proceso electoral y su principal promotor, el presidente Obrador, es un político incontrolable que no respeta las leyes y quien desde el poder incita a la violencia y al odio.
Muchos de los candidatos de Morena actuaron contagiados de esa virulencia política con discursos demagógicos al ofrecer el paraíso a los electores. El objetivo de estas campañas es aferrarse al poder y para tratar de lograrlo recurrieron a los más diversos elementos, incluso se llegó hasta el asesinato en las que se puede concluir que son las campañas más mortíferas, con casi una treintena de candidatos ejecutados.
Luis Cabrera, quien fuera un combativo político y periodista que se opuso a la reelección porfirista, decía: “Las elecciones son las elecciones”, lo cual justificaba “cualquier cosa” que eso significara, como ocurre en la guerra y en el amor.
Morena, como en los viejos tiempos del PRI, actúa como una aplanadora electoral. Con Obrador este partido opera como una auténtica secretaría de elecciones, como una paraestatal electoral. Pero también como un instrumento de manipulación donde todo tipo de candidatos y militantes caben, desde fanáticos hasta auténticos criminales. Ahí está el caso del candidato de Morena en San Luis Potosí, un miembro de la mafia Ricardo el “Pollo” Gallardo. Morena actuó como parapeto de los candidatos de la delincuencia organizada en San Luis Potosí y ante las evidencias, el gobierno del presidente Obrador no actuó en consecuencia. Ya lo sabíamos, el tabasqueño pareciera que tiene un pacto oscuro con la mafia, como lo hemos atestiguado con el cártel de Sinaloa, donde los hijos del Chapo Guzmán imponen sus condiciones.
El gobernador Miguel Barbosa –quien llegó a la gubernatura de la mano de Morena y quien comparte el poder con miembros de la mafia– es un ejemplo ilustrativo de la degradación política que vive el país.
Impedido física y hasta mentalmente para gobernar. Miguel Barbosa “gobierna” –bueno eso es un decir– a “control remoto”. Su salud no es buena, la diabetes lo tiene postrado en un sillón atrás de un escritorio como un tiliche.
El Cártel Jalisco Nueva Generación se ha apoderado de la “plaza”. A sangre y fuego, en el territorio poblano reina el CJNG. Lo que más le duele a Barbosa es que sus aliados de la mafia, en especial los huachicoleros del triángulo rojo se estén viendo desplazados por dicho cártel. La respuesta del gobierno de Barbosa a cargo de su policía se ha dado con mensajes raperos como se puede observar en el siguiente enlace: (https://www.youtube.com/watch?v=33NYbmb_q1Q&t=37s)
En su campaña para la gubernatura Barbosa se vio acompañado del líder huachicolero Juan Lira, mejor conocido como el “Moco”, personaje ligado a infinidad de aspirantes políticos. Este criminal repartió despensas en la sierra norte de Puebla y otros muchos lugares para apoyar la campaña de Barbosa. En Internet circulan fotografías del gobernador Barbosa en compañía de este siniestro individuo.
En Tlaxcala, con el apoyo de Barbosa, la candidata de Morena, Lorena Cuéllar se llevó a cabo el cierre de campaña. El apoyo logístico fue evidente: renta de autobuses y un “acarreo” de gente, sin precedente, para llenar un pequeño estadio local –de no más de 15 mil personas–. Cuéllar vinculada a la mafia de los giros negros de Puebla actuó deliberadamente como la mafia. Cuéllar impulso la candidatura de Gustavo Jiménez Romero a la presidencia municipal de Chiautempan quien en 1997 fue sometido bajo investigación por el delito de violación como consta en la averiguación FED/SDHPDSC/UNAI-TLAX/0000581/2017. Al igual que el exgobernador Alfonso Sánchez Anaya también bajo escrutinio de las leyes por delitos de violación como consta en el expediente 1208/2015/TLAX 3 en contra de una de sus asistentes.
En el caso del estado de Guerrero, imperó la impunidad. Félix Salgado Macedonio quien enfrenta diversas causas penales por delitos de violación y de abuso sexual, fue puesto a un lado y su hija Evelyn Salgado heredó la nominación como candidata a la gubernatura. Félix ni fue castigado, sino que además fue defendido a ultranza por el presidente Obrador.
Este es el “estilo” –si se le puede llamar así a la conducta criminal de los políticos– que caracteriza a Morena.
Una de los últimos señalamientos que se hicieron públicos contra Macedonio fue el pasado 5 de enero, según consta en el expediente CNHJ-GRO-014/2021 de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena.
Macedonio quien debería estar en prisión por los múltiples delitos cometidos al amparo de su poder, estuvo a la cabeza de los actos de campaña de su hija Evelyn.
Nunca antes desde el poder, un presidente de la república había avalado tales conductas, con Obrador los candidatos de Morena hicieron gala de impunidad.
Ya lo sabemos, es el sello de la casa.
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