Sin Censura
Rasgándose las vestiduras
Por Juan Luis Cruz Pérez -septiembre 2, 2021
Rasgándose las vestiduras, asumiéndose como los redentores de la figura del legislador, como los modernos quijotes de la actividad parlamentaria, como los nuevos manumisores de la transparencia y la legalidad, y sobre todo, como los salvadores del pueblo de Tlaxcala, así se presentaron ayer nuestros nuevos diputados locales.
Sin embargo, en los hechos, muchos mostraron solo sus limitaciones, sus incapacidades, su desconocimiento de las funciones y desde luego, la carencia de equipo para hacer frente a su investidura. Los señores deben tener claro que para serlo al que parecerlo, pero no solo en la ropa, sino en el conocimiento, en las formas y en el proceder.
Ayer, durante la continuación de la sesión, que el pasado martes dejaron pendiente, todas las bancadas, a través de sus coordinadores y los representantes de partido, fijaron la postura con la que inician su quehacer en la LXIV Legislatura.
En algunos casos, nos endilgaron solo perorata sin sentido. En otros, parece que se tendría que entender el discurso a sentido inverso.
Por ejemplo, el diputado petista, Miguel Ángel Covarrubias, sobre quien pesa señalamientos por abusos, excesos y uso clientelar de los recursos de los llamados “fondos moches” que ejerció en la pasada legislatura, aseguró que “los ciudadanos exigen un alto a las viejas prácticas que tanto daño han hecho, un manejo responsable de los recursos públicos … exhortamos a nuestras compañeras y a nuestros compañeros diputados a privilegiar el diálogo y a legislar con miras al bienestar del pueblo, dejando a un lado los intereses partidistas o personales que solo nos confrontan o dividen”.
¿Se mordería la lengua?
Hubo quienes se asumieron como los paladines y quijotes de la imagen del diputado y defensores férreos del Poder Legislativo, como el perredista Juan Manuel Cambrón Soria, quien aseguró que su bancada “no permitirá un retroceso, ni cederá ante las tentaciones de regresión política”.
Así fueron la mayoría de los discursos de los 10 diputados que hicieron uso de la tribuna. Uno más que otros, pero solo fueron cartas de nuevas intenciones.
Blanca Águila Lima como líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI), hizo lo propio, como también lo realizó Lennin Calva Pérez de Nueva Alianza Tlaxcala y Jaciel González Herrera del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), así como la contestación global de Rubén Terán Águila de Morena.
Los diputados representantes de partido, como Mónica Sánchez Angulo de Encuentro Social Tlaxcala (PEST), José Gilberto Temoltzin Martínez de Acción Nacional, Laura Alejandra Ramírez Ortiz de Alianza Ciudadana (PAC) y Reyna Flor Báez Lozano de Fuerza por México, también lo hicieron.
Todos apelaron al respeto a la autonomía, a la división de poderes, al trabajo a favor de Tlaxcala, a velar por los intereses de la sociedad, y nunca por los personales y revindicar la maltrecha y vituperada imagen del diputado.
No obstante, coincido con el legislador y coordinador del PRD, a quien le doy toda la razón cuando aseguro, sin tapujos, que “de manera triste y lastimosa, el cargo de diputado ha sido menospreciado y socavado en su valor y representación, la palabra Diputado se asocia por una gran mayoría de personas, casi de manera inmediata, con corrupción, trampas o excesos, fundamentalmente provocado por el pésimo desempeño, malas prácticas, conductas anti éticas, comportamientos nada trasparentes y acuerdos subrepticios para beneficiar a una determinada camarilla que ostenta temporalmente el poder, ya sea de la legislatura que nos antecede y otras, y no generalizo toda vez que existen honrosas excepciones, pero justos pagan por pecadores, que han denigrando y mancillando la honorabilidad que debiera, recalco, debiera imperar y distinguir a uno de los poderes del estado.
“Por ello, desde esta tribuna hago un llamado muy respetuoso a mis pares, para que pongamos en el centro de nuestro actuar, con independencia de las legítimas aspiraciones de cada uno tenga, como objetivo superior, el reivindicar el papel del legislador, dignificar la tarea del diputado, recuperar la honorabilidad”.
Pero eso no se cambia con discursos ni buenas intenciones, sino con acciones y hechos.
Hago votos porque al fin pongan alto a esa degradación, que bien refirió Cambrón Soria, en la que legislatura tras legislatura pensamos que es la peor, pero la que les sucede termina por cometer más y peores acciones.
A ver si éstos, los de la LXIV Legislatura, no nos salen peores.
Por el bien de ellos, del Poder Legislativo y de Tlaxcala, deseo que las cosas cambien, porque lo de ayer, en tribuna, fue, en su mayoría, lisonja barata, solo se rasgaron las vestiduras para tratar de quedar bien con el pueblo, pero algunos solo mostraron sus miserias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario