GABINETE DE HORROR
30 De Noviembre - 2021
Por Edgardo Cabrera
A poco más de un mes de la promesa para evaluar el desempeño de los resultados de su gabinete, Lorena Cuéllar tiene que decidir entre agotar el plazo o aplicar la “reingeniería” de la que nos habló, pero a sus funcionarios, más que a la estructura orgánica de su joven administración.
Está visto, varios no dieron el ancho, pero siguen calentando el lugar, otros fueron cartuchos de salva o quemados que llegaron por viejas glorias o compromisos de campaña pero que han hecho el ridículo (como Sergio González al frente de la Segob), y están los que de plano resultaron unos verdaderos transas, ya hay quejas por el cobro de videítos de 300 mil pesos o la auto renta de equipo de sonido, de esos hablaremos después.
Hay otros que se tuvieron que ir porque ya no les quedó de otra, como la ex diputada Luz Vera que no cumplió el perfil para dirigir el Conalep, pero aún así la pusieron; su correligionario, José Luis Garrido que ni 15 días duró en la dirección académica del Cobat, salió por las mismas razones de su compañera del PEST.
Y en esa terquedad de mantenerlos por compromisos de campaña, a la primera la mandaron a administrar las finanzas de Morena, donde tampoco cubre ni el perfil de conocimiento ni la filia partidista, mientras que a Garrido lo mantuvieron en la nómina, pero ahora como “asesor” de la “número 1”.
El secretario de Seguridad Ciudadana sigue prófugo de la justicia y, por cierto, es la fecha que no nombran al nuevo titular, hay un encargado del despacho, ni tampoco se ha esclarecido, ni han sido detenidos quiénes lo ayudaron a huir. Trasciende que fue personal de la misma dependencia quienes lo sacaron y otros poderosos en gobierno quienes le dieron el pitazo, de eso no han dicho nada.
A COLACIÓN
Como si el horno estuviera para bollos, en el Colegio de Bachilleres crece el malestar del personal, pero también, los problemas con la federación por la torpeza para cumplir con las metas, objetivos y requisitos para comprobar la ejecución de recursos, así como de los perfiles académicos.
En materia de personal, las quejas ya llegaron hasta el despacho de la gobernadora, resulta que suman más de 165 despidos sin justificación, entre ellos se encuentran trabajadores académicos y administrativos con antigüedad de entre 20 y 28 años que incluso dijeron que fueron amenazados.
Pero mientras por un lado llegaron a despedir sin ton ni son, por el otro se multiplicaron las contrataciones de los cuates y compadres que no cubren el perfil, ni los requisitos establecidos para los sistemas Colegios de Bachilleres, y eso ya se los hicieron ver, por lo que cerraron la llave de los recursos, de ahí la salida de Garrido, por ejemplo.
Para rematar, no hay cumplimiento de los objetivos académicos ni administrativos, tampoco de los programas, es decir, metieron al gobierno de la “Nueva Historia” en un verdadero aprieto que les podría reventar en diciembre cuando llegue el momento de pagar prestaciones de fin de año y sueldos.
De ahí que ya suena la salida de Darwin Pérez, y hay quienes hablan de regresar a esa dirección al bombero Enrique Padilla, no es la primera vez que lo mandan a apagar incendios, recordemos que su llegada a la Universidad Politécnica de Tlaxcala con Marco Mena se dio en medio de la crisis causada por Narciso Xicohténcatl, ligado a la “Estafa Maestra”; antes estuvo en Cobat donde también llegó en plena crisis de la institución, como ahora.