Sin Censura
Ni PRI ni PAN
Por Juan Luis Cruz Pérez -noviembre 3, 2021
Ni el PRI ni el PAN, en sus militancias, dan muestra de la grandeza de dos institutos políticos que ya gobernaron Tlaxcala. Por el contrario, ambos solo dejan ver las miserias de quienes, ante las crisis, buscan el beneficio personal, de grupos y desde luego, negociar para sus causas.
Tanto en el PRI como en el PAN viven sus crisis y lo peor de ellos, hundidos en una especie de canibalismo que, de continuar así, seguramente los dejará peor que como quedaron el pasado 6 de junio.
El proceso de renovación, inminente, de sus dirigencias, tras la derrota y la debacle electoral, los ha metido en un tobogán -que parece no tener fin-, en el que, la mayoría ha dejado de construir; por el contrario, se han dedicado a la destrucción del oponente, con ríos de tinta a sueldo, sin darse cuenta que con ello solo entierran la viabilidad electoral de sus franquicias.
La cruenta batalla que se vive en el PAN por el Comité Directivo Estatal es el ejemplo real de que el bien común y la dignidad de la persona humana son dos principios que unos y otros de sus militantes se los pasan por el arco del triunfo; la mayoría solo busca cobrar afrentas, acceder o mantener parcelas de poder con miras a la lograr espacios, -si es por la fácil, qué mejor- en los comicios del año 2024.
El lodo y el estiércol en ese proceso están por llegar. Un presunto escándalo legal saldría a la luz pública, a través de uno de sus testaferros, para afectar liderazgos y todo con la idea de mermar su capacidad de operación electoral al interior del PAN, sin atender que eso solo mancha la figura, tan repudiada por la sociedad, de los partidos.
La maquinaria de la campaña negra, atizada con varios miles de pesos, ya está en movimiento.
En el PRI, aunque miedosos y escondidos, pues todavía están a la espera de un posible pacto con el poder público estatal, han dejado sentir sus miserias y eso que el proceso interno no ha empezado como tal.
Son varias las voces que piden la reestructuración del partido; la expulsión de militantes imputados por traición y un limpia de liderazgos. Pero hasta el momento, esas expresiones solo se escuchan en el café, en las reuniones de ocasión y en filtraciones que han dejado correr, porque parece que, en el ex partidazo, la política ratonera se apoderó de él.
Y en todo eso, a militancia está lesa, no se siente representada ante su nueva condición; se avergüenza de sus cuadros, esos que siempre los han dejado solos en la orfandad, la cual se supera cuando se trata de elecciones o cuando buscan el respaldo para alcanzar intereses personales.
De seguir así, ni PRI ni PAN tendrán viabilidad electoral en los comicios de sucesión presidencial, de renovación de los poderes Legislativo y Ejecutivo local, de los 60 municipios y las presidencias municipales.
Si no cambian de estrategia, les aseguro que, tanto al PRI como al PAN, se los llevará la tristeza y todo, porque, la mayoría de sus cuadros no han mostrado altura de miras ni estar en condiciones de enfrentar su crudo y cruento presente.
Al margen
Que, en el estado más seguro del país, con mejores niveles de abatimiento de los índices de inseguridad y con mejor percepción de respaldo ciudadano, existan homicidios dolosos, con características propia del crimen organizado, debe ser un llamado urgente de atención de que algo ha pasado y muchas cosas se han dejado de hacer.
El tema de la inseguridad no debe ser politizado ni partidizado, sino reconocido por las autoridades para generar políticas públicas y acciones para detener esto.
El asesinato de don Zenaido G, padre del ex edil de Panotla, a manos de un comando armado; el calcinamiento de un hombre en Apizaco, los asesinatos que casi a diario ocurren en la entidad, el crecimiento del trasiego ilegal de hidrocarburos y el aumento en el robo de automóviles y auto partes, son, por desgracia, hechos que nadie puede esconder.
Mal harían nuestras autoridades estatales en minimizar estos casos, con argumentos de que son hechos aislados o personales. Por el contrario, la gente necesita recobrar la confianza en el gobierno y seguro que, con resultados, podría darse eso.
En tanto, el presidente de Tlaxcala capital, Jorge Corichi tiene la obligación legal y social de esclarecer la muerte de un hombre ocurrida el pasado lunes en las instalaciones de la Policía Municipal; del manejo legal y social de este caso puede desatarse ser el fracaso adelantado de su mandato.
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