Se encienden focos de alarma
29 agosto, 2022
Por Martin Ruiz
Grave y preocupante es la denuncia que familiares del Centro de Reinserción Social (CERESO) de La Loma Xicohténcatl en la capital de estado realizaron este fin de semana, en el sentido de que al interior de ese penal opera impunemente una banda dedicada a la extorsión no sólo de presos, sino de ciudadanos y ciudadanas que reciben llamadas para ser presionadas o engañadas para depositar cantidades de dinero.
Los centros de readaptación de la entidad (Tlaxcala y Apizaco) venían operando tranquilamente sin que eso no implique que se registraban algunos problemas, pero nunca se había tenido tanto descontrol como el que hoy se observa y que sin duda amenaza la tranquilidad de esos inmuebles de reclusión de personas sentenciadas o de aquellas que están privadas de su libertad mientras se lleva a cabo su proceso penal.
De acuerdo con la información disponible, un interno varón identificado como Rigoberto N., no cumplió con el pago de ocho mil pesos exigidos por la banda de extorsionadores del penal, por lo que fue golpeado severamente durante la mañana del pasado sábado 27 de agosto, recibiendo lesiones que ponen en riesgo su vida al grado que hoy permanece intubado y en coma.
Los familiares de inmediato pidieron al titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), Raúl Ruiz García, investigar los hechos y poner fin a esa práctica y sobre todo impedir que esa banda siga operando con total impunidad, ya que esos delincuentes llevan varios años con su red ilegal de extorsión.
Los parientes del interno golpeado mostraron tickets y conversaciones de WhatsApp en donde salen a relucir nombres y se evidencia el delito de extorsión.
La gran pregunta es ¿De dónde salieron los celulares cuando se supone que hay protocolos que no lo permiten al interior del CERESO?, ¿Por qué las autoridades del penal bajaron a Rigoberto N. a piso cuando sabía de la amenaza que había en su contra?.
La negligencia y probable complicidad de las autoridades del penal con los presos dedicados a la extorsión es evidente.
O que alguien me explique por qué los buzones que presumió la presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Tlaxcala, Jaqueline Ordóñez Brasdefer, para atender y recibir quejas de los internos de los CERESOS no se instalaron o quién fue el responsable de rechazar tal iniciativa?
Después de este lamentable suceso alguien deberá explicar por qué el director de Prevención y Reinserción Social de la SSC, Salvador Salomón González, que fue designado por la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, es víctima de grillas internas en esa dependencia a fin de impedir que lleve a cabo adecuadamente su trabajo.
Para nadie es desconocido que personal afín de José Guadalupe Ballesteros Arellano, secretario técnico de la Secretaría de Seguridad Ciudadana le quitó, hace unas semanas, a través de la «ayudantía» del General Raúl y del «Comité del Servicio Profesional de Carrera de la SSC» que controla por medio de su comandante Billordo y de la abogada a cargo del área de Desarrollo Policial, Roxana García, los niveles de plazas administrativas clave para debilitar a Salvador Salomón, ex visitador de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
El secretario de Seguridad Ciudadana, Raúl Ruiz, siguen sin tener el control de su área a cuatro meses de haber asumido su cargo y pareciera que su falta de carácter y mando siguen siendo aprovechadas por el ambicioso José Guadalupe Ballesteros que no sólo se ha encargado de generar mala imagen al gobierno lorenista por sus excesos y abusos, sino que ahora estaría demostrando que está solapando ciertas irregularidades.
Lo sucedido el fin de semana en el CERESO de Tlaxcala debe ser un hecho que preocupe y ocupe al gobierno del estado antes de que se registre un problema grave en alguno de sus dos centros de reclusión.
Los consejeros de Morena no tuvieron mayor problema para designar a los integrantes del Comité Ejecutivo Estatal que a partir del sábado controla el ex priista Carlos Augusto Pérez Hernández y la ex diputada local del PES, Luz Vera Díaz.
A ninguno se le reconocen méritos ni capacidad para haber sido premiados con tales cargos partidistas, de ahí que deberán emprender una gran operación para tratar de ser aceptados y apoyados por una militancia que difícilmente se siente representada por esos personajes de un bajo nivel político.
Al final y de acuerdo con los demás nombramientos, se podría decir que la nueva dirigencia de Morena en Tlaxcala es afín y controlada por la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, pues su grupo decidió quedarse con todos los cargos.
Anet Popocatl Sandoval asumió la Secretaría de Finanzas, Agustín Moreno López, la secretaría de Organización, Adalberto Sánchez Solís, la secretaría de Formación, Karime Abascal Castro la secretaría de Mujeres, Ximena Verónica Zecua Martínez, la Secretaría de Jóvenes y finalmente Jaqueline Meneses Rangel, media hermana de Homero Meneses, secretario de Educación Pública, la Secretaría de Comunicación.
No hay figuras de peso. Sólo puro cascajo político que está muy, pero muy lejos de representar a la real y verdadera militancia de Morena en Tlaxcala.
En fin, es lo que hay y con eso habrá que trabajar. Lástima.
Los centros de readaptación de la entidad (Tlaxcala y Apizaco) venían operando tranquilamente sin que eso no implique que se registraban algunos problemas, pero nunca se había tenido tanto descontrol como el que hoy se observa y que sin duda amenaza la tranquilidad de esos inmuebles de reclusión de personas sentenciadas o de aquellas que están privadas de su libertad mientras se lleva a cabo su proceso penal.
De acuerdo con la información disponible, un interno varón identificado como Rigoberto N., no cumplió con el pago de ocho mil pesos exigidos por la banda de extorsionadores del penal, por lo que fue golpeado severamente durante la mañana del pasado sábado 27 de agosto, recibiendo lesiones que ponen en riesgo su vida al grado que hoy permanece intubado y en coma.
Los familiares de inmediato pidieron al titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), Raúl Ruiz García, investigar los hechos y poner fin a esa práctica y sobre todo impedir que esa banda siga operando con total impunidad, ya que esos delincuentes llevan varios años con su red ilegal de extorsión.
Los parientes del interno golpeado mostraron tickets y conversaciones de WhatsApp en donde salen a relucir nombres y se evidencia el delito de extorsión.
La gran pregunta es ¿De dónde salieron los celulares cuando se supone que hay protocolos que no lo permiten al interior del CERESO?, ¿Por qué las autoridades del penal bajaron a Rigoberto N. a piso cuando sabía de la amenaza que había en su contra?.
La negligencia y probable complicidad de las autoridades del penal con los presos dedicados a la extorsión es evidente.
O que alguien me explique por qué los buzones que presumió la presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Tlaxcala, Jaqueline Ordóñez Brasdefer, para atender y recibir quejas de los internos de los CERESOS no se instalaron o quién fue el responsable de rechazar tal iniciativa?
Después de este lamentable suceso alguien deberá explicar por qué el director de Prevención y Reinserción Social de la SSC, Salvador Salomón González, que fue designado por la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, es víctima de grillas internas en esa dependencia a fin de impedir que lleve a cabo adecuadamente su trabajo.
Para nadie es desconocido que personal afín de José Guadalupe Ballesteros Arellano, secretario técnico de la Secretaría de Seguridad Ciudadana le quitó, hace unas semanas, a través de la «ayudantía» del General Raúl y del «Comité del Servicio Profesional de Carrera de la SSC» que controla por medio de su comandante Billordo y de la abogada a cargo del área de Desarrollo Policial, Roxana García, los niveles de plazas administrativas clave para debilitar a Salvador Salomón, ex visitador de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
El secretario de Seguridad Ciudadana, Raúl Ruiz, siguen sin tener el control de su área a cuatro meses de haber asumido su cargo y pareciera que su falta de carácter y mando siguen siendo aprovechadas por el ambicioso José Guadalupe Ballesteros que no sólo se ha encargado de generar mala imagen al gobierno lorenista por sus excesos y abusos, sino que ahora estaría demostrando que está solapando ciertas irregularidades.
Lo sucedido el fin de semana en el CERESO de Tlaxcala debe ser un hecho que preocupe y ocupe al gobierno del estado antes de que se registre un problema grave en alguno de sus dos centros de reclusión.
La nueva dirigencia en Morena
Los consejeros de Morena no tuvieron mayor problema para designar a los integrantes del Comité Ejecutivo Estatal que a partir del sábado controla el ex priista Carlos Augusto Pérez Hernández y la ex diputada local del PES, Luz Vera Díaz.
A ninguno se le reconocen méritos ni capacidad para haber sido premiados con tales cargos partidistas, de ahí que deberán emprender una gran operación para tratar de ser aceptados y apoyados por una militancia que difícilmente se siente representada por esos personajes de un bajo nivel político.
Al final y de acuerdo con los demás nombramientos, se podría decir que la nueva dirigencia de Morena en Tlaxcala es afín y controlada por la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, pues su grupo decidió quedarse con todos los cargos.
Anet Popocatl Sandoval asumió la Secretaría de Finanzas, Agustín Moreno López, la secretaría de Organización, Adalberto Sánchez Solís, la secretaría de Formación, Karime Abascal Castro la secretaría de Mujeres, Ximena Verónica Zecua Martínez, la Secretaría de Jóvenes y finalmente Jaqueline Meneses Rangel, media hermana de Homero Meneses, secretario de Educación Pública, la Secretaría de Comunicación.
No hay figuras de peso. Sólo puro cascajo político que está muy, pero muy lejos de representar a la real y verdadera militancia de Morena en Tlaxcala.
En fin, es lo que hay y con eso habrá que trabajar. Lástima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario