Por Edgardo Cabrera
Las diferencias políticas pasaron de lo ideológico a lo personal, al menos eso quedó evidenciado la semana pasada cuando en el Vips de Galerías se encontraron tres personajes.
El primero en llegar fue el perredista Manuel Cambrón para sostener una reunión con otro miembro de su partido; minutos más tarde arribó al mismo lugar el ex líder estatal del PAN y actual legislador federal, Carlos Carreón, quien iba al encuentro de un periodista local.
Entre una mesa y otra se mantuvo la cortesía, unos y otros se saludaron con sonrisa en la boca, es más, hasta abrazo se dieron.
Después hizo su arribo Carlos Augusto, ex diputado priísta y ahora operador del morenista levantadedos Rubén Terán. El también ex amigazo del aspirante a la gubernatura Ricardo García Portilla se distinguió entre todos los comensales, ya que llegó “feliz, feliz, feliz”, sonriente y apapachador.
Incluso, simpático y agradable como se le conoce, se dio el tiempo de intercambiar algunas palabras con Cambrón y Carreón, a los que presumió que es “bien tratado” por la 4T, ¡aunque!, les advirtió, no perderlo de vista porque en el 2021 podría regresar al PRI “como un héroe”, y bien sabemos que entre broma y broma… la verdad se asoma.
Pero bueno, la cordialidad y jovialidad del momento se empañó cuando al lugar arribó la súper delegada Lorena Cuéllar.
Sus acelerados pasos se redujeron intempestivamente cuando vio a Carreón y al periodista crítico de su actuar político, titubeó en seguir avanzando y evitó cruzar la mirada, claro, para no abrir la posibilidad de “honrarlos” con su saludo.
Pero cuando de plano hizo alto total fue al momento de mirar a la mesa contigua a Cambrón, el mismo que años atrás le abrió la puerta de la candidatura a la gubernatura por el PRD y se convirtió en su principal promotor y defensor, cuando muchos la rechazaban al interior del Sol Azteca.
Sus pequeños ojos no ocultaron el rencor, el rictus, que de por sí ya se encontraba endurecido, se arrugó aún más, momento justo en que su ex compañero de legislatura, Carlos Augusto saltó de su asiento para saludarla.
Con todo y las caravanas de su ex correligionario (en el PRI), así como le extendió la mano y el cachete, la funcionaria federal se despidió y se fugó del Vips, evidenciando que el rencor, en lugar de los principios de la política, es el principal motor que la impulsa en su ambición de poder.
AHORA RESULTA
Vaya que llamó la atención la declaración de la aún presidenta de la Junta de Coordinación y Concertación Política, la diputada morenista Ana Bertha Mastranzo.
Resulta que al tratar de justificar la parálisis que registró la semana pasada el Congreso local, dijo que el descanso era “necesario”, ya que el trabajo de dictaminación y desahogo de las cuentas públicas los había “alejado” de sus familias.
La realidad es que se trata de un mero pretexto para su huevonada, no olvidemos que los señores y señoras son los legisladores mejor pagados en la historia de Tlaxcala.
Con todo y la supuesta austeridad que prometieron los de la 4T, incluso recordemos que su compromiso lo signaron y lo entregaron al presidente López Obrador, en los hechos perciben 105 mil pesos mensuales, la presidenta de la JCCP gana 20 mil pesos más, sumados a otras tantas percepciones.
Recordemos que con sólo cuatro meses de funciones los escasos legisladores que hicieron pública su declaración patrimonial, como Michael Brito, revelaron ingresos superiores a los 800 mil pesos por parte del Congreso.
Ahora bien, si a la señora Mastranzo, o a otros más les afecta en su situación familiar su labor como diputado, es momento de que pidan licencia y dejen de estar mamando de la ubre del poder legislativo y le den paso a sus suplentes.
No deben olvidar que quienes se meten a la política y buscan un puesto de representación popular, deben estar consientes que en tanto dure su cargo su vida personal y familiar debe ser modificada para servir al “pueblo”.
Y el mejor ejemplo lo tienen con Andrés Manuel López Obrador quien les ha mostrado a todos los funcionarios y gobernantes que las jornadas laborales empiezan desde las 5 a.m., y no hay hora de término, menos días festivos… al fin y al cabo, para eso se rentaron.
A colación de esto, la presidenta de la Comisión Permanente, la diputada Luz Vera Díaz, salió al paso de las declaraciones de su compañera y negó que la semana de paro de actividades se debiera a un asunto vacacional, dijo que, al menos en su caso, se trataron de días para desahogar pendientes legislativos y de su distrito.
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