Por Fernando Tamayo
No podemos calificar de otra manera el primer año de actividades de la actual legislatura. Pese a que hace poco más de un año alardeaba que serían un Congreso de puertas abiertas y cercano al “pueblo” en los hechos los Diputados Locales, en su mayoría integrantes de la 4T no han hecho otra cosa que lacerar la confianza del electorado quien ya los ve con los peores en ejercer esa encomienda.
Desde el comienzo hace poco menos de un año, los representantes populares dejaron entrever su limitada capacidad no solo para hacer política sino para trabajar en el beneficio de la ciudadanía. Recordemos por ejemplo que desde el comienzo evidenciaron su intención de satisfacer intereses personales, por encima de los de la mayoría. Tan solo hay que recordar que se convirtieron en los mejor pagados en su labor y a pesar de entregar un documento directamente al Presidente de la República sobre su intención de sumarse a la austeridad republicana, en los hechos, sus excesos pecuniarios son evidentes.
Asimismo y pese a pregonar su cercanía con el pueblo no solo no quitaron los muros de la ignominia que dividen a representantes y representados, sino que peor aún, decidieron colocar rejas y protocolos de acceso al recinto que se supone es la casa de todos los tlaxcaltecas.
Así los flamantes diputados locales se encuentran próximos a concluir el procedimiento que más los pone en el ojo del huracán. La fiscalización constituye uno de los elementos que definen la calidad del legislador, y lo convierte en el contrapeso ideal para garantizar transparencia y equilibrio de poderes. Lamentablemente los representantes populares siempre han sucumbido ante los cañonazos económicos que tanto alcaldes como funcionarios han utilizado para modificar los informes financieros elaborados por el Órgano de Fiscalización Superior poniendo en duda la existencia de un verdadero procedimiento de rendición de cuentas.
Si bien es cierto los actuales diputados se han circunscrito a lo plasmado por el OFS, la verdad es que las cuentas públicas pendientes de validar en los días venideros podrían cavar la tumba electoral de aquellos que anhelan la reelección o bien acceder a otro cargo público en el siguiente proceso comicial. Al tiempo.
Desde la barrera
En un acto de congruencia política y de responsabilidad con la ciudadanía los diputados deberían dar a conocer el informe del OFS que contiene el análisis de sus estados financieros, lamentablemente y pese a que trascendieron las distintas anomalías económicas, la legislatura si logró ponerse de acuerdo y aprobar su cuenta pública.
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