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jueves, 12 de septiembre de 2019

Si quiere figurar PRD en Tlaxcala tendrá que buscar alianzas o podría desaparecer





Por Edgardo Cabrera
Ya no se puede ocultar el rompimiento y las diferencias entre el PRD y la senadora Minerva Hernández. La inasistencia de los amarillos a su informe legislativo (el lunes) fue sólo la punta del iceberg.
A pregunta expresa, ayer miércoles el dirigente estatal Manuel Cambrón se mostró indiferente a las expresiones del dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, quien –recordemos- sostuvo que su correligionaria es una carta fuerte para competir por la gubernatura.
Y las diferencias entre perredistas y Minerva no son nuevas, recordemos su declinación a favor de Adriana Dávila en aquella elección cuando les dio la vuelta el priísta Mariano González Zarur.
De esa determinación, tiempo después se acusó a Jesús Ortega de haber vendido la causa para favorecer al priísta, mientras que a Minerva la tildaron –los propios panistas- de ser una candidata débil que se desplomó en las encuestas al arranque de la campaña de ahí que ayudaría más sumándose con la apizaquense.
Pero a pesar de los entripados de aquellos tiempos, apenas el año pasado hubo reconciliación, fue precisamente el “Chucho mayor” quien se metió al cabildeo para hacer un cambalanche dentro de los acuerdos aliancistas con el PAN colocando a la oriunda de Texoloc en el primer lugar de la fórmula abanderando al PRD, ya que a dicho partido le correspondía esa posición en el acomodo nacional, en tanto que Gelacio Montiel fue relegado al segundo lugar con las siglas azules. 
Tras el triunfo, Minerva le dio la espalda al Sol Azteca y se integró a la bancada panista, algo que molestó a las cúpulas amarillas ya que ante su descalabró electoral confiaban en que la tlaxcalteca les regresara el favor y al menos se mantuviera un tiempo en su bancada.
Y no todo quedó ahí, al parecer las diferencias han seguido escalando a tal grado que hace unos meses el propio Manuel Cambrón bateó a la senadora panista cuando le planteó la posibilidad de trabajar de forma conjunta para construir una alianza de cara al 2021, de aquel encuentro privado la respuesta fue un rotundo no.
Del NO en privado, este miércoles pasó al NO público, al señalar que, si bien aún no son los tiempos, el partido amarillo “destapará” a uno, o una, afín al PRD para la competencia por la gubernatura, con lo que adelantó que la instrucción nacional es la de presentar candidatos propios para cabildear en paquete alianzas en las competencias estatales que se jugarán en ese año.
Ya vimos, al llegar a las negociaciones nacionales otra vez Tlaxcala podría entrarle al cambalache apelando a lo ocurrido en 2018 cuando sacrificaron a uno de los suyos para priorizar la propuesta panista de ahí que su primera opción es apuntalar a un perfil propio o externo pero comprometido con los intereses de su partido.
EN ESO DE LAS TRIBUS
A colación del PRD, nos enteramos que la corriente Nueva Izquierda sigue creciendo en Tlaxcala, y parece que están por configurarse solamente dos grupos.
Su más reciente adquisición es la del ex diputado Santiago Sesín quien, ya lo había adelantado en este espacio, se cortó el cordón umbilical con René Bejarano y Dolores Padierna, al preferir mantenerse dentro del Sol Azteca y no migrar hacía los horizontes de la 4T.
El apizaquense sabe muy bien que del otro lado no la tiene fácil ya que la fila de aspirantes, suspirantes y soñadores es larguísima, y cada día crece más, principalmente de tránsfugas oportunistas que quieren aprovecharse de la condición de gobierno y preferencia electoral que tienen en este momento.
De ahí que prefirió integrarse con los Chuchos, donde las cabezas estatales son Manuel Cambrón y Alberto Amaro, configurando un frente mayoritario; solamente la tribu ADN, de Gelacio Montiel, le haría contrapeso.
Con ello se vislumbra que la dirigencia estatal y las candidaturas estarán cargadas hacia dicho bloque.   

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