Por Edgardo Cabrera
Los pleitos en el IAIP que se vivieron con el Consejo destituido por el Congreso del estado empiezan a cobrar facturas a los actuales comisionados, ahora nos enteramos que la evaluación en materia de transparencia realizada en el 2018 simplemente no sirve para nada, fue dinero tirado a la basura.
Este lunes y con justa razón, los nuevos integrantes del Instituto de Acceso a la Información Pública se lavaron las manos de cualquier responsabilidad derivada de una serie de omisiones detectadas en dicho diagnóstico que simplemente quedará para el anecdotario.
El comisionado Fernando Hernández López argumentó que de acuerdo con los lineamientos que establece el proceso de verificación a sujetos obligados, Marlene Alonso, David Cabrera y Francisco Morones incumplieron con los plazos, amén de que no existe ninguna acta de sesión que dé cuenta de la citada evaluación.
Pero no solamente es lo ocurrido el año pasado, sino que para este 2019 tampoco realizaron el trabajo que marca la normatividad dentro del primer semestre, menos iniciaron con los trabajos para el segundo semestre.
Recordemos que los tres ex comisionados andaban más ocupados en defenderse de los juicios políticos que se desahogan en el Congreso, así como de sus guerras intestinas.
Hablamos, entonces, que este 2019 también será un año perdido en materia de evaluación, de ahí que no resultan extrañas las graves deficiencias que existen en el tema de transparencia y archivos en el estado.
Ahora en manos del Comisionado Presidente, Didier Fabián López Sánchez, y de los Comisionados Mónica Cuamatzi Hernández y Fernando Hernández López está recomponer el rumbo.
No perdamos de vista que desde el año 2018 los diagnósticos del IAIP tienen mayor grado de responsabilidad para los entes.
Las reformas legales que entraron en vigor establecen sanciones para los entes omisos y van, desde una amonestación, hasta multas. Así como dejaron las cosas los comisionados destituidos, más de la mitad de los sujetos obligados estarían en el supuesto de recibir un castigo.
ELECCIÓN DE VIERNES
Para este viernes se tiene programada la elección para renovar el Comité de Vigilancia del Sindicato 7 de Mayo, por lo que las campañas y la guerra sucia ya están a la orden del día.
Y dicho proceso cobra importancia entre los burócratas al servicio de los tres poderes del estado y ayuntamientos, ya que el citado órgano sindical será el que conduzca el proceso de renovación de la dirigencia que actualmente detenta Edgar Tlapale.
De entrada, el primer interesado en que el Comité quede en manos “amigas” es el propio líder gremial, mientras que los esposos Guadalupe Rodríguez y Pedro Erazo (ex dirigentes y actualmente expulsados del sindicato) quieren recuperar el control.
En el caso del primero, trasciende que está detrás de la Planilla Verde impulsando a Julieta Berruecos, en tanto que los segundos estarían moviendo los hilos de la Guinda con Mónica Osiris Díaz, y existe una tercer opción que es la Amarilla, la cual aparece con pocas posibilidades de competencia.
También en este proceso están inmersos intereses partidistas de los líderes y ex líderes, de cara a la elección sucesoria por la gubernatura del 2021, de ahí que los Verdes estarían con el bando tricolor, en tanto que los Guindas se encuentran plenamente relacionados con Morena y la coordinadora de delegaciones, quien nunca ha negado su simpatía y amistad con los Erazo-Rodríguez.
En términos de números, hablamos que ambos bandos se disputan el futuro y el coto político que les otorgan 2 mil 700 trabajadores y sus familias, por lo que no será raro ver –como en la pasada elección local- que las huestes de unos y otros lleguen acarreados desde una noche anterior al viernes para hacer fila e intentar arrebatar triunfos.
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