Por Edgardo Cabrera
A Michael, auto proclamada “todo terreno”, simplemente no le gusta transitar por el camino de la legalidad y la norma.
Le gusta insultar, pero que no la insulten; le gusta agredir, pero que no la agredan; exige sanciones, pero ella piensa que está por encima de toda norma
En su más reciente episodio volvió a utilizar la máxima tribuna del estado para desahogar sus problemas y necesidades personales, más no los del pueblo, tampoco los del bloque 4T, y menos los del presidente López Obrador, a quien le debe la diputación.
Se indignó porque la sancionaron por utilizar ese mismo espacio para insultar a uno de sus homólogos (el morenista Rafael Ortega), aunque no es la primera ocasión que agrede a sus pares, recordemos que en el pasado también lo hizo contra el actual coordinador de la fracción de Morena, José María “Chema” Méndez, y del líder de la bancada panista, Omar Milton López Avendaño.
Sin embargo, ahora su comportamiento sí tuvo consecuencias. Aunque la sanción fue la de una simple amonestación, fue suficiente para que subiera a tribuna a despotricar, una vez más, contra todos y empezó con sus compañeras de bancada.
A la presidenta de la Mesa Directiva, la diputada petista María Félix Pluma, le cuestionó su autoridad, al parecer, esperaba que se hiciera de la vista gorda y no aplicara la ley orgánica del congreso.
Luego se fue contra su coordinadora parlamentaria, Irma Garay; volvió a arremeter contra Rafael Ortega, al que acusó de no transparentar las finanzas; y para rematar, hasta al vocero David Rodríguez le tocó, al cuestionar la validez de su nombramiento por carecer de título en Ciencias de la Comunicación, como lo establece la ley, de lo cual nunca fue honesta para proceder legalmente ya que esa área fue una concesión que obtuvo su partido, el PT.
NI INOCENTE, NI VÍCTIMA
En fin, aunque pareciera que apenas abrió los ojos para darse cuenta de una serie de asuntos que pasan en el Congreso, la realidad es que no es así, desde que asumió el cargo hasta la fecha ha sido cómplice.
La realidad es que no es inocente ni víctima y explicó porqué:
1.- Las continuas rabietas de Michelle contra Ortega (además del celo porque le ganó en una votación la presidencia del Comité de Administración) también se deben porque le recogieron un coche del Congreso que utilizaba su pareja sentimental para asuntos meramente de propaganda, la decisión le causó un enojo más y aunque no lo quería regresar al final tuvo que cumplir con el requerimiento.
Por cierto que el susodicho, quien se desempeñaba como secretario del diputado Castro, terminó por ser removido ya que andaba más ocupado en complacer a su novia que en ponerse a trabajar, de ahí que ahora realiza tareas propagandísticas.
2.- Aunque en tribuna se ha quejado de forma reiterada en torno al manejo de los recursos del poder Legislativo, sus ausencias a las sesiones del Comité de Administración son continúas, y aunque se le convoca, se excusa porque según ella ya anda “en campaña”.
3.- Por si fuera mucho lo anterior, su mayor preocupación es el presupuesto del próximo año, una vez más, el dinero es la que le impulsa a actuar. Sabemos que realiza reuniones con grupos de campesinos y organizaciones de Tlaxco a las que ya les prometió que de nueva cuenta en 2020 existirá el fondo “moche” del campo.
De ahí que les advirtiera a sus homólogos que de no mantener dicho fondo (ya que existe una propuesta para eliminarlo y quedarse sólo con el de infraestructura) convocará a las “asociaciones campesinas” para manifestarse y así lavarse las manos de sus promesas.
Quizá por todo lo anterior y la falta de argumentos, su única defensa (y de sus lamebotas) es el insulto, la calumnia y la amenaza, esas sí realmente son todo terreno.
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