AHÍ LA LLEVAN
Por Edgardo Cabrera
Pésimo mensaje envía la dirigencia estatal del Partido Acción Nacional al remover a su coordinadora parlamentaria en el Congreso del estado, Leticia Hernández, para imponer de nueva cuenta a Milton López, sobre quien pesan señalamientos de misógina, acoso, agandalle y servilismo a la 4T.
Ya la semana pasada había anticipado la propia legisladora albiazul en tribuna dicha posibilidad, durante aquella asquerosa sesión donde frenaron las reformas electorales a favor de las mujeres, violentaron políticamente a diputadas al despojarlas de cargos, y hasta pusieron en riesgo de contagio de Covid-19 a legisladores y personal, al sesionar de manera presencial sin sanitizar el recinto.
El presidente estatal del PAN, José Gilberto Temoltzin, hizo valer sus facultades y removió de la coordinación a la única mujer que tiene su partido en el Congreso, quien por cierto no comulga con el grupo que controla la dirigencia estatal.
Con ello rompió el acuerdo de inicio de legislatura mediante el cual se pactó -de palabra- que dicha posición le correspondía el primer año y medio a Milton, y el resto del periodo a Leticia Hernández, con lo que queda claro que la palabra no vale nada.
Y aunque el presidente partidista asegura que el nombramiento de Leticia solamente era por un periodo ordinario de sesiones y que ella lo sabía, en los hechos resulta inequitativo cargar la balanza solamente a favor de uno de sus dos legisladores.
Más allá de propiciar el diálogo y la unidad interna, queda claro que a dicho partido no le interesa su futuro inmediato electoral, por el contrario, están alimentado futuras revanchas… ¡ahí la llevan!
DON DINERO
Como si se tratara de un capítulo más de la obra de José Agustín (Tragicomedia Mexicana), a solo minutos de asumir la coordinación parlamentaria, Milton determinó remover a su compañera diputada Leticia Hernández del Comité de Administración, evidenciando que el interés superior que lo mueve es ese, don dinero.
TUMBA AZUL
Nada nuevo ocurre en el PAN, sus estúpidas venganzas los han llevado a dos derrotas consecutivas por la gubernatura, y van por la tercera, evidentemente están empeñados en hacer “historia”.
La única ocasión que ganaron la primera magistratura del estado fue gracias a la llegada de un personaje externo, un priísta vestido de azul y oriundo de Oaxaca que, paradójicamente, los unió en torno a una causa: ganar el gobierno de Tlaxcala para Acción Nacional.
Después de ese golpe de buena suerte, lo que ha pasado en ese partido es desastroso y ridículo, nadie externo, solamente ellos se han encargado de la fuga de militantes, empezando por su ex gobernador, Héctor Ortiz, y otra larga lista de cuadros que hoy militan en otros partidos como Claudia Pérez, actualmente diputada federal de Morena.
Fueron ellos, los propios panistas, quienes le metieron el pie a Adriana Dávila y, con todo y tener la maquinaria del gobierno federal de Felipe Calderón, e incluso la declinación de la candidata perredista Minerva Hernández, no pudieron hacer la hazaña porque personajes como los entonces llamados “4 fantásticos” (Sergio González, Felipe Flores, Benjamín Ávila y Adolfo Escobar), le operaron en contra, aliados con el otrora poderoso orticismo.
Seis años después no aprendieron la lección, repitió la apizaquense como candidata a la gubernatura designada desde la propia dirigencia nacional dado que era la mejor posicionada en las encuestas, y de nueva cuenta desde el interior de Acción Nacional se gestó la traición.
Con todo y que estaba en las preferencias electorales por encima de los aspirantes de todos los partidos políticos previo a las campañas, al llegar el periodo proselitista el desplome se debió -en buena medida- al chaqueteo descarado, la indiferencia y la simulación, es más, sin empacho algunos aparecieron en videos apoyando a la entonces perredista y ex priísta Lorena Cuéllar.
Ahora, a un año de las elecciones del 2021, las cosas no pintan para ser mejores, por el contrario, desde la semana pasada condenaron a su partido al cobro de nuevas revanchas derivado de la perversidad con la que actuaron nuevos personajes como Milton (que traen peores mañas que los de antes), al pactar con los adversarios para golpear a los suyos simplemente para saciar ambiciones personales.
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