¿SEMÁFORO?
Edgardo Cabrera
Este lunes Tlaxcala pasa del semáforo epidemiológico rojo, al naranja, pero en los hechos pareciera que ya estamos en el verde.
Después del 1 de junio cuando arrancó lo que el gobierno llama la “nueva normalidad” buena parte de la población salió del confinamiento y, ¡sin miedo!, como dijo López Obrador, poco a poco la actividad comercial, recreativa, industrial y social se reactivó.
En mes y medio la entidad regresó prácticamente a la normalidad, y no hay más gente en la calle porque las instituciones educativas mantienen la suspensión de las actividades, sino todos estarían con sus actividades ignorando la presencia de la Covid-19.
El precio ha sido alto, sumamos hasta el día de hoy 531 muertos por coronavirus, incidencia mayor a la que deja la delincuencia u otras enfermedades en tan corto tiempo.
Van 3 mil 664 casos positivos, y están en espera 777 personas de resultados a la prueba, ya que presentan síntomas similares a los que provoca el coronavirus SARS-CoV2.
En poco más de mes y medio se registraron el mayor número de muertos, en comparación con el periodo que denominó la Secretaría de Salud federal: “jornada de sana distancia”.
Con la “nueva normalidad” 380 personas perdieron la vida, antes fueron 176. Los infectados en este lapso fueron 2 mil 652; en la jornada del confinamiento se contabilizaron mil 12.
Por donde se le vea y se le busque, Tlaxcala no está lista para cambiar el semáforo a naranja, aún cuando las autoridades sanitarias aseguran que la entidad cumplió con los criterios de: disponibilidad hospitalaria, reducción sostenida en el número de casos y de hospitalizados, así como un porcentaje de positividad al virus que se ha reducido de manera sostenida.
El tiempo será el mejor juez, en 15 días cuando se revise el nuevo semáforo veremos si fue buena opción abrir mayor número de actividades. Aunque también debe quedar claro, los principales responsables para frenar la propagación somos los que integramos la sociedad.
El uso de cubrebocas, la higiene, el distanciamiento social y otras tantas medidas que nos han recomendado dependen de nuestro cumplimiento, así de simple.
LO PERMITIDO
A colación del tema, tan pronto se anunció el cambio del semáforo epidemiológico y sin que aún entrara en vigor, muchos establecimientos reabrieron sus puertas, otros más, lo hicieron ya sin simulaciones porque en los hechos, desde junio operaban en la clandestinidad.
Por ello desde el viernes algunos cines abrieron sus puertas, al igual que plazas comerciales.
El naranja significa: gimnasios, albercas, centros deportivos y centros de masaje podrán abrir desde este lunes al 50%, solo con citas, o acordar con sus suscriptores qué días pudieran visitar estos negocios para mantener la sana distancia y estrictas medidas de higiene.
Cines, teatros, museos y eventos culturales de hasta 500 localidades podrán abrir hasta 25 por ciento de su capacidad, al igual que los centros comerciales y los servicios religiosos.
La lista de lineamientos es larga y todas quedan a la “buena voluntad” de los involucrados; en los hechos y en tanto no existen sanciones seguirá la simulación, basta revisar lo que ocurre en los tianguis, zonas comerciales o transporte público de Tlaxcala, donde hay quienes nunca modificaron sus condiciones laborales, se resisten a implementar medidas mínimas de protección para sus clientes o usuarios, esa es nuestra triste realidad, aunque ahora ya no es rosa, nos la decretaron naranja.
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