Dulce Silva, la aspirante “incomoda” a la gubernatura de Tlaxcala
Con el inminente comienzo de la carrera hacia la máxima magistratura de Tlaxcala en los comicios de 2021, muchos nombres han salido a la luz para aparecer en las boletas electorales, siendo el género femenino el que ha ganado terreno para encabezar la lista de candidatos.
Entre ellos reluce un nombre que hacía mucho había desaparecido del ojo público por acusaciones de lavado de dinero y tráfico de influencias y es nada más y nada menos que el de la empresaria huamantleca Dulce Silva, que ahora coquetea con la posibilidad de ser la abanderada del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) para contender por la gubernatura de Tlaxcala.
Si bien, Dulce Silva no posee la carrera política y de gestión pública que ostentan sus contrincantes dentro del partido morenista, la huamantleca heredera de grandes fortunas tiene un as bajo la manga: la cercanía de su esposo César Yáñez, con el mismísimo Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador.
Y aunque Silva Hernández trató de buscar adeptos y reflectores a través de la fundación que lleva su nombre, gestionado algunos apoyos sociales sobre todo para el municipio que la vio nacer, lo cierto es que pesan más sobre su imagen los escándalos que ha protagonizado en los últimos años, los cuales tienen que ver con denuncias por actos ilícitos como lavado de dinero y tráfico de influencias.
Es de recordar que en el año 2015, Dulce Silva contendió para obtener la Presidencia Municipal de Huamantla, elección que perdió sin pena ni gloria, alejándola de la vida política por un rato, hasta que en 2016 fue señalada por políticos de Tlaxcala y Puebla por incurrir en actividades ilícitas, acusaciones que fueron investigadas y derivaron en una orden de aprehensión en su contra, esto por recibir dinero de un alto funcionario acusado de defraudación.
Dulce Silva fue aprehendida y liberada un año después pero su nombre volvió a estar en el ojo del huracán, al ser acusada por funcionarios del orden estatal y federal de tráfico de influencias, y de favorecer a sus amistades gracias a sus lazos cercanos en el poder.
El pasado 10 de junio de 2019 el portal de Aristegui noticias cita: “Ahora Dulce María Silva Hernández sale a la palestra en un tema que entra en los límites de la legalidad: el tráfico de influencias.
Esta figura es una de las formas en que toma forma la corrupción. En efecto, a decir de los abogados encabezados por David Duarte García, expertos en derecho penal, quienes llevan un proceso legal relacionado al crimen organizado (causa penal 916/2019CJP).
Una de las presuntas responsables en un gigantesco caso de fraude, Erika Sayuri García Chávez, ha obtenido la libertad provisional por gestiones de Dulce María Silva”.
Con estos antecedentes nada halagadores es como la empresaria ahora busca la ansiada posición de candidata, no obstante, se verá enfrentada por otros actores políticos dentro de las huestes de Morena que no le dejaran el camino tan fácil, aunque al parecer su cercanía con la Presidencia de la República y grandes empresarios mexicanos podría jugar un papel determinante en esta contienda interna.
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