Contracolumna
JOSÉ MARTÍNEZ M.
Mi nieta Paola viaja cada año al pueblo de sus abuelos paternos en Padua, cercano a la provincia de Venecia. Entre sus viajes constantes por Italia, hace unos años (2015) me trajo un libro de Umberto Eco: Número Cero. Una estupenda novela, la última que escribió el también autor de El nombre de la rosa, un año antes de morir. Entre ésta, que fue la primera que escribió el semiólogo y filósofo piamontes, y la última transcurrieron casi 40 años. De la intriga ambientada en la época medieval Umberto Eco pasó al tema del periodismo, la política y las teorías conspirativas. Precisamente en Número Cero, Eco aborda el uso de publicaciones como instrumentos de chantaje político.
Escribo estas líneas a propósito de Tlaxcala. Hace unos días apareció un panfleto para denostar presuntamente a la candidata de Morena a la gubernatura del estado. El asunto apunta más a una auto-flagelación que a otra cosa. Después del cierre de las campañas apareció regada por las calles –eso dicen las notas periodísticas, también poco confiables– la clonación del pasquín de la cuarta transformación: Regeneración. Según las denuncias del equipo de Lorena Cuéllar, el propósito de tal libelo fue para perjudicarla.
Hace unos años (2014) el gobernador Roberto Borge de Quintana Roo –preso en una cárcel de alta seguridad en el estado de Morelos por delitos de corrupción– ordenó clonar una revista (Luces del Siglo) en Cancún. La publicación fue clonada 48 veces, 40 ediciones digitales y ocho impresas.
La fiscalía para temas de libertad de expresión y agravios a periodistas de la entonces PGR abrió varias carpetas de investigación y no pasó nada pese a las evidencias que implicaban directamente al gobernador.
Ahora en Tlaxcala surge una historia en apariencia similar. Lo malo en este caso, todo parece indicar que se trata de ensuciar, aún más, el proceso electoral. El asunto es curarse en salud porque el objetivo de dicha maniobra es atacar con un panfleto similar a la candidata de la alianza “Unidos por Tlaxcala” que encabeza Anabell Ávalos.
La operación de Morena consiste en el despliegue de un batallón de 600 individuos (algo así como los “Mastines”, el grupo de “autodefensa electoral” de las Redes Sociales Progresistas, partido hermanastro de Morena) que esperan intervenir el próximo domingo, día de las elecciones, para “reventar” los centros de votación con petardos en los lugares del sur del estado donde Morena carece de una fuerza electoral.
Para evitar que la sangre llegue al río, el gobierno estatal deberá redoblar la vigilancia para disuadir a estos grupos de choque y garantizar la paz social el día de los comicios.
La aparición de la supuesta edición apócrifa de Regeneración, es la punta de lanza de la estrategia de desestabilización política que Morena ha implementado en Tlaxcala de la mano de Lorena Cuéllar, una mujer que actúa de forma perversa en su ambición por hacerse del poder.
Ni los más estultos gallegos (que tienen fama de torpes) se tragarían la añagaza ideada desde el “cuarto de guerra” de Morena.
Como en la novela Número Cero de Umberto Eco, el propósito de la clonación del panfleto Regeneración es chantajear e intimidar a las autoridades del gobierno del estado y a las electorales dándoles a entender que podrían publicar cualquier cosa en su contra.
Asesorada por periodistas fracasados que actúan como auténticos mastines, Lorena Cuéllar se ha encargado de correr el rumor de que se trata de una “conspiración” en su contra.
Son el reflejo de las medidas desesperadas ante una inminente derrota en las urnas, en las que la difusión y la propaganda de información falsa es parte de la guerra sucia.
La idea es crear un ambiente de crispación en el afán de cambiar de manera brusca la realidad social y política de Tlaxcala.
Pueblo chico, infierno grande, lo que está ocurriendo en los últimos días ha venido a alterar el aire rulfiano con su paisaje de llanuras y volcanes de esta entidad que es la más pequeña del país.
Mucha gente de esta entidad simplemente no está de acuerdo con el estilo y las formas de gobierno de la “cuarta transformación”. Tlaxcala apuesta a la seguridad del pasado político.
De generación en generación muchos de sus pobladores han heredado la miseria de sus padres. Con Obrador hay mucha gente que ha perdido la esperanza en su futuro. Por Tlaxcala han pasado gobiernos priistas, panistas y perredistas. En los tiempos recientes el partido de Obrador ha intentado apoderarse del estado. Morena ha recurrido a todo tipo de malas maniobras para dar el golpe. Los tlaxcaltecas son una sociedad rebelde, es algo genético que todos sus habitantes llevan en la sangre.
El gobierno obradorista –con un enorme despliegue de recursos públicos– en los últimos tres años ha venido corrompiendo mediante las políticas del “bienestar” a la población. A través de falsos programas sociales se manejan dádivas para corromper lo mismo a jóvenes que ancianos.
De cara a la elección grupos identificados con Morena operan para dividir y atomizar a los tlaxcaltecas, en eso consisten sus campañas de manipulación de la información.
La auto-clonación de Regeneración es parte de esa guerra sucia.
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