Sin Censura
Formas, perras formas
Por Juan Luis Cruz Pérez -septiembre 22, 2021
No me molesta que me digas perro, sino la perra forma en la que me lo dices, refiere una frase popular que denota que en política como en la vida misma, la forma es fondo y parece que, en el gobierno de la Cuarta Transformación de Tlaxcala, en varios aspectos, no se han cuidado éstas. El despido masivo de trabajadores es una de esas cosas que lastiman, laceran y en algunos casos, podrían ser hasta violatorio de los derechos humanos.
Muchos de los ex trabajadores han padecido el embate de los nuevos titulares de las diversas secretarías, quienes, sin mediar comunicación de por medio, han “echado a la calle” a servidores públicos contratados por la anterior administración.
De la noche a la mañana, varios de ellos perdieron su empleo; pero lo que les duele más son las formas.
Un día, los ex servidores públicos se despidieron de los compañeros de trabajo, concluida su jornada laboral, y al otro, de plano les cerraron las puertas de las oficinas en donde desempeñaban una función.
En el mejor de los casos, sus pertenencias personales se las pusieron en unas cajitas en el quicio de la puerta de la oficina que ocupó y en otros más, ni eso les permitió recoger, porque no les permitieron poner un pie dentro de esos espacios públicos.
Ante los ojos de muchos compañeros de trabajo, fueron destituidos o desconocidos como trabajadores del gobierno estatal, Muchos sienten que fueron echados a la calle.
Ejemplos de lo anterior hay muchos y en prácticamente todas las áreas de gobierno estatal. Llama la atención que en el todavía Instituto Tlaxcalteca para Personas con Discapacidad, el despido fue masivo y general, sin importar que varios de los afectados son personas, precisamente, discapacitados.
La empatía con estos sectores no solo es el abrazo, y el beso, ni usar el lenguaje de señas, sino respetarlos y fomentar su verdadera inclusión laboral y social.
Hay una especie de limpia del pasado priista en el gobierno estatal; al menos eso se entiende y es hasta comprensible –aunque parece que hay una memoria selectiva cuando uno ve a militantes del tricolor en el gabinete estatal y como nuevos empleados de la nueva estructura gubernamental.
Pero la forma es fondo.
Los trabajadores no merecen ese trato. Total, no pierden nada en cuidar las formas y dar un trato digno a las personas con las que ya no quiere mantener una relación laboral.
Tiene razón la gobernadora Lorena Cuéllar cuando asegura que “como toda administración nueva, arrancaremos con otras personas”, al justificar la rescisión de las relaciones laborales con cientos de ahora ex servidores públicos.
Es entendible, como ayer lo afirmó, que esta acción responde a la necesidad de dar cabida a quienes la apoyaron, aunque lo dijo con otras palabras en entrevista, en la que aseguró que, cuando “entra un gobierno se le va dando oportunidad a otras personas que no habían tenido un espacio”.
Sin embargo, la forma es fondo y se confirma que, a muchos de los hoy despedidos, parafraseando a esa máxima popular, no les dolió que les dijeran perros, sino las perras formas como lo hicieron y parece que lo seguirán haciendo.
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