EL OMBLIGO
22 De Marzo - 2022
Por Edgardo Cabrera
Mientras la capital del estado contó con seguridad policíaca sin precedente, todo con tal de cumplir con el capricho y el negocio de Ana Gabriela y Lorena, el resto del estado vivió una de sus peores semanas con la ejecución del director de obras del ayuntamiento de Tlaxco, José Carlos Serrano.
Para no echarle a perder la fiestecita, el gobierno de la Triste Historia y su Procuraduría General de Justicia guardaron silencio, eso no es lo peor, es la hora que no ha sido detenido nadie ni se ha dado a conocer algún avance o línea de investigación.
Mientras en Tlaxco la población vivía una crisis de incertidumbre e inseguridad tras el artero asesinato cometido tras rafaguear con armas largas la unidad del funcionario, la Secretaría de Seguridad Ciudadana prefirió “redoblar” la vigilancia del centro de la ciudad capital, y hasta se dedicó a revisar las mochilas y hasta las libretas de los estudiantes que fueron a curiosear el voleibol playero.
Es claro que para la administración que encabeza Lorena Cuéllar existe mayor temor a las colectivas feministas víctimas de represión, que, a los delincuentes, por eso digo, esa es la Triste Historia de este gobierno.
COMO BASURA
Para rematar, encapsulado, lejos de los conflictos y de las zonas delictivas, el secretario de Gobierno, Sergio González se aventó una serie más de sus torpes declaraciones, primero dijo que él no se siente inseguro, ¿pues cómo?, si nunca sale de su oficina y cuando lo hace va con un contingente de guaruras.
Luego admitió que siempre sí, podría haber delincuencia organizada, aunque no lo dijo así con todas sus letras, simplemente admitió lo que todo mundo sabe, sin ser especialista ni inspector, que la ubicación geográfica de Tlaxcala nos hace vulnerables tanto al paso como a la operación de grupos delictivos, amén de que hay otros como los de Trata de Personas que no quieren ver.
Pero en eso de las torpes declaraciones, no escatimó en señalar que los cuerpos que aparecen ejecutados en la entidad, como aquellos de San Pablo del Monte, o el de Tenancingo, los vinieron a “tirar”, sepa quién y porqué.
Y tras las acusaciones de feministas que lo señalan por supuestos delitos sexuales, se echó a correr tras los cuestionamientos y simplemente atajó a decir que: “a veces que hay cosas que quieren manchar, como diría el presidente, terminan tiznadas”, ¡no pues sí!
POR ESO ESTAMOS ASÍ
En eso de las desafortunadas declaraciones en torno a la represión contras las mujeres que se manifestaron el pasado 8 de marzo, la gobernadora Lorena Cuéllar se aventó una joya.
Al tratar de defender la actitud de su administración en contra de las feministas, insistió en que tienen las puertas abiertas para ellas, que es aliada, que defiende sus causas, bla, bla, bla.
Pero lo que más llamó la atención es que, como muestra de su solidaridad con el movimiento feminista -dijo- contrató activistas para trabajar en su gobierno, eso para ella “son las puertas abiertas”.
Nada más una precisión, si son empleadas, ya no son activistas, que revise la definición.
Una más, confundió la alerta Ámber con el Protocolo Alba, para la búsqueda de mujeres desaparecidas, por ello es que estamos como estamos.
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