CULTO
10 De Agosto - 2022
Por Edgardo Cabrera
El culto a la personalidad parece ser una constante en los malos gobiernos ante la falta de resultados, obras y acciones, lo que resta es la propaganda y la promoción de la imagen, la foto bonita y esos comunicados donde lo último que les interesa es informar, sino más bien propagar los discursos huecos.
Lo anterior viene a colación por las banderitas recién estrenadas por la triste historia, tienen el color y símbolo adoptado por la administración estatal y comenzaron a ser colocadas tanto en los actos públicos como en algunas dependencias.
Se trata de un arranque más de soberbia y arrogancia. Despreciaron la bandera oficial creada por Desiderio Hernández Xochitiotzin en el año 1981 y donde se incluye el escudo de armas que data de 1535.
Con eso que dicen querer hacer “una nueva”, mandaron al carajo a la historia, valdría la pena que revisen el decreto del 13 de abril del 2018 publicado en el Periódico Oficial del estado cuando se ordenó difundir la reseña histórica de los símbolos, vale decir, para que algunos ignorantes conozcan y no comentan tonterías como los actuales “asesores” de los gobernantes.
A quién se le ocurrió lo de las banderitas moradas, ¿será de Tlaxcala?, y si lo es, no cabe duda su desprecio por la cultura con la intención de exprimirle más al presupuesto, es como aquello del antro colocado en la azotea del Museo de Arte.
HABLANDO DE…
En eso de no tomar en serio la administración pública, resulta que luego de que le recortaran a Tlaxcala alrededor de 300 millones de pesos del presupuesto para obras de infraestructura carretera, mismos que fueron a parar al Tren Maya, como premio de consolación fueron etiquetados 50 millones de pesos.
Ahora sabemos que, al acudir a la SCT para plantear proyectos a financiar, la Triste Historia evidenció su ignorancia en materia de caminos, carreteras, autopistas y vías concesionadas.
Resulta que plantearon destinar buena parte de esos fondos para la autopista concesionada a Puebla, como era de esperarse, la solicitud fue rechazada luego de que les explicaron que se trata de una vía en poder de particulares y son ellos quienes deben cubrir el mantenimiento, así como obras alternas.
Lo peor del caso, es que esos 50 millones de pesos, si acaso alcanzarán para bachear algunas carreteras de jurisdicción federal, son recursos federales, por lo que las “grandes obras” anunciadas por Cuéllar para su primer año quedarán en un sueño guajiro, todas son “primeras piedras”, promesas de una Central de Abasto que sigue en litigio, o inauguraciones de infraestructura construida por su antecesor, como el Hospital General de Tlaxcala.
A la lista, agregue, hacer caravana con sombreo ajeno como la prometida inversión de Televisa para un Centro de Rehabilitación, o el Tren de la Salud de poderosos empresarios agrupados en la Fundación Grupo México, pero de lo cual ya se colgaron para poder presumir algo.
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