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martes, 20 de septiembre de 2022

La nueva y triste historia en Tlaxcala prometió que se iba a apoyar a tlaxcaltecas en todos los sentidos, pero en los hechos es falso en total, distribuidor de alimentos (caducos) es de Hialgo

 ESPECIALISTA


20 de septiembre 2022

Por Edgardo Cabrera

Rigoberto Zamudio, quien cobra como secretario de Salud en Tlaxcala es todo un especialista, y no, no hablamos de su destacada labor como pediatra de los hijos de los poderosos (lo que, quizá, le valió un puesto en el gabinete), sino su otra especialidad, esa de repartir culpas y tener a la dependencia plagada de problemas.

La semana pasada fue exhibida la condición en la que se encontraban los alimentos entregados al Hospital General de Nativitas, verduras y frutas echadas a perder, carne putrefacta y hasta alacranes entre los productos enviados para los enfermos.

Ante la evidencia documentada en fotografías y video, el “especialista” señaló que el problema se debió a “un inadecuado almacenamiento”, y defendió a capa y espada a la empresa denominada: “Suministros y Productos Deshidratados de Hidalgo”, ¿por qué tanto interés?

Zamudio pierde de vista, pese a ser médico, su otra especialidad, que a los pacientes poco les importa si se trata de un asunto de almacenaje o de un mal proveedor, es de empatía con quienes están enfermos y esperan una alimentación adecuada.

Lo mismo ocurre con los trabajadores, con la presencia de alimañas, como los alacranes, se pone en riesgo también su integridad física.

Es evidente que no hay pretexto que valga, los hechos están documentados y además hay testimonios, tendría que haber consecuencias, pero en este caso Zamudio salió en defensa de un proveedor de otro estado cuya razón social indica “alimentos deshidratados”, más no los frescos que se requieren para un nosocomio.

Por cierto, en eso de la empresa abastecedora, las interrogantes también surgen del por qué se buscó a alguien de fuera, considerando que juraron que eso ya no ocurriría en la Triste Historia, la prioridad serían los productores y empresarios tlaxcaltecas.   

PARO

Ante las mentiras y pretextos, los trabajadores del sector Salud ya alistan un paro estatal en demanda de hechos, no de promesas o excusas.

Además de los alimentos podridos en Nativitas, hay otra larga lista de problemas sin resolver en nosocomios, clínicas y centros de especialidades como en el Hospital General de Tlaxcala donde la planta de energía no sirve, hay carencia de mantenimiento preventivo, faltante de insumos (venoclisis, suturas, puntas nasales, guantes, jabón, por mencionar algunos), productos de mala calidad y falta de personal.

Contradictoriamente, cada semana presumen en la mañanera de López Obrador cifras alegres y cuadros esplendorosos del IMSS-Bienestar que, como se puede constatar y lo hemos documentado, todo es mero maquillaje.

PARA VARIAR

Vaya desastroso 19 de septiembre vivió la Triste Historia, de nueva cuenta su titular de Protección Civil demostró que el cargo le quedó muy grande.

Resulta que ni en el simulacro, menos en la contingencia por el sismo, actuó de forma eficaz, su ineficiencia comenzó cuando en el simulacro nacional el estado de Tlaxcala hizo el ridículo luego de que se le “cruzaran” los cables a don Juvencio y no le funcionara la alarma sísmica en el Palacio donde despacha su jefa, solamente se escuchó la del Ayuntamiento Capitalino.

A la hora de la verdad, cuando tembló con una intensidad de 7.7 grados en la escala de Richter y sin que pasara al menos una hora del simulacro, de nueva cuenta el ridículo, la alarma no sirvió, y los empleados y funcionarios no “entendían” si era verdad o no la emergencia.

No es la primera vez que algo así pasa con este funcionario, recordemos que hace un año y a solo días de tomar el cargo (el 8 de septiembre), durante el primer sismo del nuevo gobierno, el último en dar el parte de la emergencia fue Juvencio, la mayoría de los municipios grandes ya habían informado, y bien, sin embargo, el funcionario estatal salió con un pobre reporte que incluyó cambiarle el nombre a un municipio al que bautizó como “Tetlahuaca”, en lugar de Tetlatlahuca.

Y recientemente tras la explosión de un polvorín, se aventó una joya más al boletinar que el incidente se presentó en un establecimiento “clandestino que no tenía permiso”, es decir, ¿hay lugares clandestinos que si tienen permiso?, si, así de ese nivel la Triste Historia.

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